Esta es una obra de ficción y cualquier semejanza con personas, vivas o fallecidas, lugares, eventos o escenarios es puramente fortuita. Todo es producto de la imaginación del autor y se emplea en forma ficticia.
ADVERTENCIA:
El siguiente material contiene algunas escenas sexualmente explícitas y lenguaje adulto que podría ser considerado ofensivo para algunos lectores y no es recomendable para menores de edad.
La imagen está extraída de internet, no se ha podido localizar su autor, para autorizar el uso, su fin es sólo decorativo.
ÁFRICA
Raúl marchó ese año de vacaciones con su familia a África, a
pasar unos días de verano, no era la primera vez, pero este verano si sería su
primera vez en algo. Tenía los 11 años de edad. No pensaba que fuera atractivo
simplemente normal.Ese verano conoció a Mercedes, una niñita como él, de 11 años, y también española, de Barcelona, la niña era bien avispada, y era la hija de los dueños del bar que había abajo del complejo hotelero. Se juntaban bastantes muchachos, de edades variadas.
Un día jugando con las cartas, al verdad o atrevimiento, que era un juego que tenía que decir la verdad a lo que te preguntaran, o atreverte hacer algo que los demás dijeran que hicieras, comenzó dicho romance entre ellos.
Las niñas a esas edades son más avispadas, que los niños, que continúan en sus mundos, pero Mercedes era aún más avispada que el resto de su edad. Pues con dicho juego, se fue destapando el romance, que vendrá después. Al final terminaron dándose el primer beso de su historia Raúl y Mercedes, fue un beso largo, y profundo, en el cual se acariciaron sus lenguas por primera vez.
Después de este beso, vinieron más y más besos durante todo el verano, pero nada más, pues Mercedes aun no le habían empezado a despuntar sus pechos, ni a Raúl le había salido vello en su pene, pero este si se ponía duro, con los besos de Mercedes, y de igual modo también Mercedes sentía el pene de Raúl. Raúl lo único que podía agarrar eran las nalgas de Mercedes, algo era. Hasta que al final Raúl regreso al continente europeo.
El invierno transcurrió como son los inviernos en Castilla, fríos, pues de allí era Raúl, y frío pues aunque había niñas en su colegio, pero no conseguía nada de ellas. Al siguiente año, volvieron a repetir el mismo lugar de veraneo. Raúl estaba deseoso de volver, a ver si repetía triunfo con Mercedes, que a saber si se acordaba de él.
Llegaron de nuevo, y si estaba Mercedes ese año también allí, al principio ni caso le hacía a Raúl, este quería e insistía, pero nada conseguía, a Mercedes ya le habían despuntado sus pechos, eran proporcionados a ella, ni grandes ni pequeños, tenían el tamaño justo para el cuerpo que tenía Mercedes, un cuerpo menudo y muy bien proporcionado, era la que tenía mejor cuerpo de todas las niñas del grupo, pero ni caso le hacía.
Hasta que un día sin saberlo como, entre juegos, con la canción de fondo de Ricchi e Poveri, -si me enamoro de ti...-
Pues se volvieron a besar. Pero estos besos ya eran más sustanciosos, pues notaba Raúl los pechos sobre él, en alguna ocasión y a oscura, pues los acaricio, primero por encima de la blusa de Mercedes, y después por debajo de la Blusa, notando por primera vez la textura de unos pechos, su dureza, la forma de los pezones erectos.
No podía estar mucho tiempo deleitándose, pues al poco ya Mercedes, le apartaba la mano, pero tiempo suficiente para saber que a ella le gustaba que le acariciaran sus pechos, era una nueva sensación que sentía Raúl acariciar unos pechos de una chica, que era de las mejores de su edad, incluso de bastantes mayores. A ella también le gustaba que se lo acariciaran, incluso sus pezones, sentir la sensación de acariciar piel con piel, era una experiencia jamás probada por Raúl. Masajear los pechos de una mujer era algo único para él jamás, había tocado algo similar antes.
Aunque había muchos chismosos merodeando siempre, para ver que hacían, pues era la única pareja de esas edades, incluso de unos años mayores. A Mercedes le encantaba sentir el pene de Raúl que le hacía presión sobre su vagina posiblemente sin tan siquiera pelusilla. Así transcurrió ese verano. Raúl acariciando por fin un pecho piel con piel, sentir como su pene sentía la presión de la vagina de Mercedes, y como le dejaban que sujetara las nalgas de Mercedes para así sentir más presión sobre su vagina.
Termino las vacaciones y vuelta a la realidad de Castilla, y a los fríos, y a saborear ninguna niña de aquella época, pero si comenzó a triunfar en otro campo Raúl, que no continuo.
Había un amigo del colegio, que ya empezaba a despuntar como gay, era Alfonso, se conocían desde los 7 años, pues Raúl no estudio en ese colegio el primer curso de la primaria. Era un chico normal al principio, bueno de cara al exterior. Aunque pasado un tiempo hablando con la familia de Alfonso, ya empezó a notarse su inclinación sexual con los 4 años, aunque se justificaban, pues como era el único niño de la familia y el pequeño, pues solo tenía hermanas, y él quería ponerse la ropa de ellas y no la suya. En el colegio, todo el mundo le decía “marica, maricón” etc… si era gay, pero a Raúl le molestaba que se metieran con él, además que a Raúl le encantaba una cosa de él, que siempre estaba rodeado de niñas, y a Raúl no se le acercaba ninguna, pero ninguna, ninguna.
Así fueron transcurriendo los días hasta los 13 años de edad, en los cuales Alfonso si se le notaba un gran ramalazo, como se dice, pero aún Raúl se juntaba con él, no es que se sintiera atraído sexualmente, más bien era amistad de tiempo, y que tampoco ningún chico de su edad se juntaba con Alfonso, pues era gay, pero tenía las chicas que quería, y Raúl sin averiguar el secreto del triunfo de Alfonso para tener las chicas que quisiera.
Un día Alfonso besó a Raúl, la verdad que a Raúl no le gusto ese beso, sabia feo, no era el mismo sabor que tenía Mercedes, incluso ninguna chica que beso después Raúl que pudo besar bastante más de 100, y hasta se podría aventurar a más de 150 chicas, mujeres que ha besado Raúl en su vida. Ningún beso fue tan feo como con los de Alfonso. Pues no solo se besó una vez, sino varias, pero tampoco tenían las ganas y la pasión de los de Mercedes, ni los de ninguna otra chica.
Raúl puede estar tranquilo que no es gay, y que no les gustan los gay’s. Pues prefería estar solo que estar con un gay. Con Alfonso si fue probando otras cosas, pues tenía un pene descomunal, era tremendamente largo, y entre ellos pues empezaban a masturbase, uno agarraba el pene del otro y así se complacían, también hubo varias mamadas entre ellos. Primero te la chupo yo, y después me la chupas tú. Pero que a Raúl no le convencía eso, prefería acariciar los pechos de Mercedes, que ya no hubo suerte de volver a ir a verla, y pasar otro estupendo verano.
Seguro que si hubiera ido algún otro verano se la hubiera trajinado, o Mercedes se hubiera trajinado a Raúl.
Después de terminar el último curso de la primaria con 14 años, pues se fue alejando de Alfonso, pues tampoco le satisfacía interiormente, pues si le hacían mamadas de su pene, pero luego él tenía que hacer lo mismo, y eso no le convencía mucho, que seguro hubiera preferido mis veces antes que le hubiera hecho una mamada Mercedes, que seguro la hubiera echo gustosamente, pero no sabía él que eso se hacía.
Al comenzar la secundaria, ya Alfonso iba por un sitio y Raúl por otro. Siguieron viéndose, pero ya no había nada entre ellos, pero siempre Alfonso estaba rodeado de bastantes chicas, y Raúl jamás tuvo un aren a su alrededor.
Fueron pasando los años, y siempre Raúl estaba con alguna, duraba 3 meses con una, después otros 5 meses con otra, pero siempre estaba con alguna, solo una vez en su vida estuvo con dos a la vez, y la de veces que se arrepintió.
interesante el cuento este de áfrica, me gusta
ResponderEliminarsigue así, escribe mas cuentos
ResponderEliminar