domingo, 27 de abril de 2014

REENCUENTRO

Autor: Gallardo Martínez

Esta es una obra de ficción y cualquier semejanza con personas, vivas o fallecidas, lugares, eventos o escenarios es puramente fortuita. Todo es producto de la imaginación del autor  y se emplea en forma ficticia.


ADVERTENCIA:
El siguiente material contiene algunas escenas sexualmente explícitas y lenguaje adulto que podría ser considerado ofensivo para algunos lectores y no es recomendable para menores de edad.



La imagen esta extraída de internet, no se ha podido localizar su autor, para autorizar el uso, su fin es sólo decorativo.

REENCUENTRO


Un día entre semana Miguel se encontró con Mónica, hacía tiempo que no se veían, incluso años, se miraron y se reconocieron rápidamente, se saludaron, y pregunto Mónica que era de su vida, estando un tiempo hablando, Mónica estaba novia formal, al menos eso le dijo, pero que su novio trabajaba fuera y venia los fines de semana. Miguel le dijo que a ver si se veían un día, y Mónica quedo para verse entre semanas, pues el fin de semana venia su novio. Quedando ambos para el próximo miércoles.

Mónica había mejorado mucho en el tiempo que no se veían, o puede que Miguel la estaba mirando con ojos de deseo, pero Mónica se había hecho toda una mujer, y la ropa que llevaba la favorecía mucho.

Al llegar el miércoles, se encontraron, allí estaba Mónica, con una minifalda enseñando unas piernas muy bonitas, que Miguel no las recordaba que fueran tan lindas, pensando que lo bien que se lo pasaría el novio subiendo acariciando esas piernas, hasta llegar al lugar de unión, y allí disfrutar ambos. Se preguntaba si lo tendría depilado, para saborearlo, o si por el contrario estaba velludo.

Fueron a tomar a un bar de la zona, pero Mónica estaba algo intranquila, pues comento que la podían ver con Miguel y su novio se podría enterar, y luego tener problemas, así que le propuso que si podían ir a otro pueblo que estuviera más alejado. Miguel acepto, además en un lugar más lejano se sentiría mejor ella, y quien sabe si podía hacer algo, pues la ropa que se había puesto daban ganas de quitársela, para descubrir el resto de su cuerpo, pues lo que se veía era maravilloso, no recordando que estuviera así de bien Mónica, pero lo estaba. Estaba para comérsela, y Mónica pensaría a ver si me comen, con ganas y pasión.

Marcharon a otra ciudad a unos 80 kilómetros de distancia, durante el viaje, algunas veces Mónica acaricio a Miguel, de una forma muy persuasiva, y sutilmente a la vez. Miguel no podía evitar mirar las piernas de Mónica, además que al subirse al vehículo su falda se había subido más. Tuvo tentaciones de poner su mano sobre su pierna, pero se contuvo, no fuera que la fastidiara, y no hiciera nada. Mónica no hacía para bajarse la falda, parecía que estaba diciendo, mas no puedo enseñar, pero deseo enseñarte todo, y que lo hagas con ganas, para eso tapo lo justo. Además que se le veía que estaba muy a gusto ella en el vehículo.

Mónica dio a entender que su novio era muy clasista, que no le daba lo que ella quería, Miguel le dijo que como podía resistirse a no darle a una mujer lo que ella quería, Mónica se rio, y puso su mano sobre la pierna de Miguel dejándola bastante rato. Miguel le dijo que si por el fuera le daba todo lo que necesitara, pues estaba Mónica muy bien y se lo dijo así de claro.

Miguel pronto pensó que el novio no quería hacer nada con ella, o lo hacía pero sin mucha pasión, como si fuera una rutina, y que ella estaba deseando hacerlo sin que nadie le dijera, eso no quiero, no me toques así, que eso lo hacen las meretrices, en fin que estaba cohibida, o sin poder hacer nada, reservándose para la noche de bodas.

Mónica le comentaba, que en alguna ocasión había pensado buscar algo más, además del novio, pero que no se atrevía, pues si luego estaba en boca de la gente que había estado con otros. También le comento que cuando salía con su novio no se podía poner minifaldas, pues no quería que nadie viera sus piernas. Miguel le dijo que las tenía muy bonitas, que a él le encantaría tener una novia con esas piernas tan bonitas, pero para que las luciera, y verla así todos los días, incluso le daba ganas de poner su mano sobre esas piernas tan lindas, y que ella no tenía culpa si los demás la miraban. Mónica, le dijo que a ella no le importaba que le acariciara con la mano, que le gustaba que se la acariciaran. Miguel inmediatamente le puso la mano en su pierna, y la fue acariciando, Mónica le encantaba que le acariciaran las piernas y el resto de su cuerpo, pero había que empezar por el principio, para llegar al final. Estaba disfrutando que alguien la estuviera acariciando, que estuviera disfrutando tanto como ella de ese placer.

Miguel ya tenía claro que no solo quería que le acariciara las piernas, sino donde terminaban estas. Mónica también, pues se sentía muy mal con su novio, con tantas condiciones que le estaba poniendo, además que todo lo que le decía Miguel era lo que quería ella oír, sin saber que en verdad Miguel le estaba diciendo todo lo que ella quería escuchar. Pues Miguel el único objetivo era tirársela, y que volviera con su novio después. Hasta la próxima vez.

Así fue, comenzó acariciarle la pierna, subía más, ponía la mano entre las piernas cerca de su vagina, y a ella le encantaba sentirla. Hasta que le dijo Miguel paramos un poco más adelante y hablamos bonito, (parar en mitad del campo para chingarsela). Redujo no fuera que alguien la hubiera visto, y la siguieran, y mal rollo que en plena faena, se acercara un vehículo con ganas de peleas. Pero nadie les seguía. Salió de la carretera, y por un camino conocido anduvieron, hasta salir de nuevo a la carretera, cambiar de sentido, para dirigirse a otro camino. Mónica le dijo que estaba haciendo, y Miguel le dijo, que estaba haciendo eso por si alguien le seguía, para que no tuviera problemas con su novio, y Mónica se quedó más tranquila, pues no llego a pensar que la podían seguir, sabiendo ahora ella, que nadie llegaría a fastidiar nada, ni sabrían nada. Continuaron hasta parar el vehículo. Allí continuaron hablando un poco rato más, hasta que después de una mirada intensa entre ambos se fundieron en un beso, apasionado.

Miguel le fue besando la boca, con tal pasión y ganas, que Mónica lo sentía y lo deseaba, lo hacía con tantas ganas que no podría negarse a nada, le beso el cuello, la oreja. Miguel le preguntaba que le gustaba más, Mónica le encantaba todo, pues sobre todo porque la besaban con ganas, ella sentía ser el centro del universo en ese instante y como se iba a resistir, cada beso que recibía, le hacía sentir en la gloria. Mónica también intuyo que podía hacer lo que quisiera, y que su novio no se enteraría de nada, era el secreto de ambos.

Mónica, fue directa para agarrar entre sus manos el miembro de Miguel, eso le encantaba, y su novio no lo veía tan bien que se la agarrara, pues pensaba que eso lo hacían las meretrices, y su novia no era tal. Miguel decidió sacar una toallita de los niños, y limpiársela, por si quería Mónica introducírsela en su boca, y que no le supiera un sabor feo. Miguel tenía bien depilado su miembro, sin nada de bello. A Mónica le encanto acariciarlo así.

Miguel se lo propuso si ella quería introducírsela en su boca, y acepto, le encantaba poderla tener en su boca, saborearla, hacer lo que deseaba sin que nadie le dijera está bien o está mal hacer eso, sino hacer lo que ella quería, y disfrutar haciéndolo. Pronto se dio cuenta Miguel que Mónica no lo había hecho antes, pues notaba sus dientes, así que le dijo como se debía de hacer, para que ella disfrutara más y no se cansara. Pues hay cosas que no se saben, y nadie nace con ellas aprendidas. Incluso sabiéndolo, hay que practicar bastante.

Lo primero que has hecho ha sido lo correcto, hay que acariciarla con la mano, hasta que se pone dura, pero bien dura. Luego hay que introducir la boca, pero no raspando los dientes con la piel del pene, pues esta piel es muy delicada. Hay que abrir bien la boca, y rozar suavemente tus labios húmedos con el pene. Debes mover lo menos posible el pene dentro de tu boquita, eso que hacen en las pelis porno de moverlo mucho error, eso no se hace. El movimiento de la boca ha de ser corto, y succionaste. Puedes Introducir en tu boquita las bolas, e ir explorando y sintiendo su textura con la lengua. Con la mano sigue acariciando el pene. Luego puedes dejar las bolas y continuar con el pene, pero sin presionar con los dientes, y succionando.

Saldrá un poco de semen, es para lubricar, no es malo tragárselo, todo lo contrario es bueno, pues son proteínas, es como si estuvieras tomando un complejo vitamínico, que lo único que te hace es sentirte bien en tu organismo.

Mónica lo hacía muy bien, pronto Miguel comenzó a jalear, eso le excitaba más a Mónica, oír los gemidos de placer de Miguel, era señal que lo hacía muy bien, y mejor se sentía ella de saber que lo estaba haciendo bien.

Miguel seguía diciéndole entre gemidos de placer, que lo hacía muy bien, así movimientos cortos y succionantes, muy bien lo haces.

Mónica le encantaba introducirse las bolas en su boca, además que el pene de Miguel estaba sin vello sintiéndose Mónica más realizada, pues estaba perfecta para ella, le parecía más limpio, y más bonito, más cuidado.

Miguel le aviso que iba a eyacular que dejara de chupársela, pero Mónica no quiso desperdiciar ese momento, y quiso recibir todo el semen en su boca, pues al fin y al cabo era un complejo vitamínico y le haría sentir mejor.

Miguel le dijo que ahora le tocaba a él darle placer, la fue desnudando, entre besos para descubrir sus pechitos, que eran chiquitos pero juguetones, Mónica estaba complacida, por las ganas que ponía Miguel al hacer el amor con ella.

Miguel comenzó a jugar con sus pezones, acariciando sus pechos, y preguntarle que le gustaba más, cuando comenzó a mordérselo con la boca, fue cuando no evito decir un…

- Siiii, asííí, me encanta, sigue asííí

Comenzando a ir gimiendo Mónica, empezó a gustarle, mientras tanto le acariciaba su vagina, Mónica estaba disfrutando por fin, fue Miguel a introducirle el dedo por su vagina, cuando dijo Mónica que no le introdujera el dedo, que quería que la penetrara con el pene.

Miguel decidió ir bajando su boca, para jugar con su clítoris. Mónica estaba que iba a tener un orgasmo inmediatamente, y quería que fuera penetrándola con el pene. Mónica no podía resistirse más tanto placer acumulado. Diciéndole que subiera, que la penetrara.

Miguel que ya tenía puesto su preservativo, lo hizo, costo un poco que entrara el pene en su vagina, nada más entrar. Mónica no pudo resistirse más, y tuvo su orgasmo. Mónica pensó que lo ideal hubiera sido tenerlo ambos al mismo tiempo. Pero no sabía que un poco más adelante tendría una nueva sorpresa, tendría su siguiente orgasmo, más placentero que el primero. Pensaba ella, que solo podría tener uno, y ya estaba, sin saber que todas las mujeres pueden tener varios en la misma relación.

Continuaron con su baile, Miguel seguía acariciando sus pechitos, mordisqueando sus pezones, Mónica disfrutaba, y no ocultaba sus gemidos de placer, sin necesidad de que nadie le pudiera decir que actuaba como una meretriz. Cuando la realidad era muy diferente, era una cosa normal en toda relación, que todas las mujeres lo hacen, y los hombres.

Después de que volviera a eyacular Miguel, descansaron de su baile, siguiendo ambos abrazados. Pues Mónica al igual que todas las mujeres continúan excitadas después de hacerlo. En cambio en los hombres es diferente, después de hacerlo, se le termina la excitación.

En ese momento de relax de ambos, y en el cual se sinceran más, le dijo Mónica que era la primera vez que lo había hecho. Que con su novio nunca la había penetrado, pues quería que ella fuera virgen al matrimonio. Que incluso algunas veces en alguna peli que habían visto, y gemía la mujer, él decía que eso solo lo hacían las “putas”, que las mujeres decentes no hacían esos gemidos, pues era simulado. Ella para evitar que le dijeran que eso no era lo correcto, lo evitaba. Que se había sentido muy bien. Preguntándole a Miguel que tal él. Miguel le dijo que fenomenal. Miguel continuaba besándola, le besaba sus labios, su hombro, sus pechos, pues quería volverlo hacer de nuevo.

Mónica en principio no estaba muy convencida, pensando que hasta no sería bueno, incluso pensaba que no podría, le venían infinidad de excusas a su mente.

Miguel la siguió besando, y aunque no se le ponía dura de momento, continuaron haciendo los juegos amorosos. Miguel le fue besando su cuerpo, con la intención clara de ir bajando hasta su vagina, al ir llegando, Mónica le dijo que no, que estaba mojada ella. Miguel le dijo que mejor, que más rica estaba así su vagina. Mónica no sabía y acepto, Miguel bajo y fue besando su monte de venus, que estaba con muy poco vello. Mónica se dejó llevar. Sintiendo de nuevo que le vendría otro nuevo orgasmo. Diciéndole a Miguel que subiera. Miguel le dijo que se corriera ella, que ese néctar que manaría de su vagina estaba bien rico. Mónica tranquila tuvo su orgasmo, sin impórtale nada, pues pensaba que en verdad estaría rico.

Mónica le pidió a Miguel que se la limpiara, que quería comerle su pene, y saborear su semen, para tomarse un nuevo complejo vitamínico y acepto. Mónica se puso a comer el pene, sabía que no lo dejaría hasta que eyaculara y así volver a saborear ese néctar que manaría por su pene.

Así continuaron, Miguel lamiendo su clítoris, y Mónica con su pene. Mónica disfruto de cada orgasmo que tenía, sabiendo que Miguel lo iba a recibir y lo iba a saborear, pues estaba rico. Cuando fue a llegar Miguel la advirtió, para que supiera que lo iba a recibir, y no le fuera a su garganta directamente, sino a un lateral. Miguel eyaculo en su boca, y Mónica dijo que estaba más rico que el primero, no era dulce, ni salado, ni tampoco estaba acido. Que jamás pensó que eso eran proteínas, y que era comestible.

Quedándose bastante rato ambos desnudos, tranquilos, hablando riéndose, y besándose en la boca.

Mónica le dijo que a ver si otro día entre semanas se volvían a ver. Miguel acepto. Se fueron vistiendo, y salieron para arreglase. Al entrar de nuevo, se dieron cuenta que había una pequeña mancha roja sobre el asiento de Mónica, y dijo ella, anda mira donde se ha quedado mi virginidad, en el asiento de tu coche, riéndose ambos.

Volvieron a verse más veces, con iguales ganas y pasión. Mónica le propuso a Miguel que dejaría a su novio, para irse con él. Eso no le convencía mucho a Miguel, pues de igual modo lo que hacía con otro, el día de mañana se lo podían hacer a él, y ya eso no le gustaba tanto. Así que para evitar problemas, y sin saber cómo decírselo a Mónica decidió el dejarla de ver. Pasado un tiempo sin que ya se vieran, le dijo Mónica que ya había dejado a su novio, Miguel le dijo que no quería verla, pues se sentía responsable de su ruptura con su novio, y por eso no quería. Paso tiempo sin verla, hasta que un fin de semana, la volvió a ver esta vez con su novio, no se saludaron, y así evito darle explicaciones a su novio.

FIN.
Correo electrónico: gallardo.martinez@mail.com
http://wattpad.com/gallardomartinez
http://gallardomartinez.wordpress.com/

FINES DE ADOLESCENTES

 

Autor: Gallardo Martínez
Esta es una obra de ficción y cualquier semejanza con personas, vivas o fallecidas, lugares, eventos o escenarios es puramente fortuita. Todo es producto de la imaginación del autor  y se emplea en forma ficticia.



ADVERTENCIA:
El siguiente material contiene algunas escenas sexualmente explícitas y lenguaje adulto que podría ser considerado ofensivo para algunos lectores y no es recomendable para menores de edad.


La imagen esta extraída de internet, no se ha podido localizar su autor, para autorizar el uso, su fin es sólo decorativo.


FINES DE ADOLESCENTES


Era domingo y en casa de Luis, no habría nadie como sucedía todos los fines de semana. Esa mañana fue a la disco de adolescentes. Era una discoteca, en la cual pagabas una entrada, tenías derecho a una consumición sin alcohol, y pasabas toda la mañana bailando, y ligando.

Allí en la disco Luis se encontraba con su grupo de amigos y amigas. Después de la disco unas veces marchaban a la casa de Luis, otras justo después de la comida marchaban todos. Con algunas chicas del grupo Luis ya había estado besándose, acariciando su cuerpo, y poco más, también había tenido sexo, si se puede llamar de alguna forma, pero sin penetración, eso es que ambos se ponían bien calientes a base de besos en la boca, cuello, orejas, algún beso en los pechos, luego empezaban los tocamientos tanto ellas como ellos para terminar frotándose la vagina con el pene. Algo poco higiénico pues tenías los calzones con semen pero aliviaba los calentones que se daban.

Algunas veces, llegaba al grupo alguna chica nueva, y que mejor que intentar ligar con la nueva. Luis tenía suerte, pues casi siempre ligaba, más bien al ser la casa suya, pues tenía más acceso al dormitorio, y siempre se llevaba alguna chica. También podía ser que Luis era atractivo pero jamás se consideró, pero siempre se llevaba alguna al dormitorio.

Ese día llego a la discoteca una nueva chica, que pensaron que sería la prima, o conocida de alguien del grupo. Era bonita de cara, y bonito cuerpo, pero así son casi todas las mujeres para Luis, todas tienen algún encanto para él. También es verdad que con 16 - 17 años, pues todas y todos están bien, ya los años van poniendo a cada uno en su sitio.

En fin esa chiquita estaba muy bien, además que pronto se arrimó a Luis. Estuvieron bailando canciones lentas de la época, estando ambos abrazados. Después de la disco cada uno se marchó a su casa a comer, otras veces alguno se iba con Luis a su casa, preparaban algo de comida, esperando al resto de amigos. En esta ocasión invito Luis a Mónica, y acepto sin dudarlo, posiblemente ella también estuviera sola en casa, y antes que comer en soledad pues marcho con Luis. Luis tampoco invito a nadie más, ni tampoco quedo para después de comer, pues Mónica prometía mucho, y prefería estar a solas con ella.

Al llegar a casa de Luis, lo primero que hicieron fue besarse, le fue besando su oreja, le beso su cuello, Mónica estaba muy excitada, y comenzó acariciar el pene de Luis, estaban muy caliente ambos, Luis le quito la blusa, el sujetador, descubriendo sus pechos estaban duros, no eran grandes, pero sí bonitos, le estuvo besando sus pechos, y Mónica le encantaba, estaban disfrutando ambos. El mayor disfrute de Mónica era acariciar el pene de Luis, debía de ser la primera vez que tenía oportunidad de tener uno entre sus manos, y no lo dejaba. Además era medio día tenían todo el rato para disfrutar y tuvieron su primer acto sexual en la cama de Luis, pero sin penetración Mónica no quiso que se le quitaran sus calzones y Luis la respeto. Así que un restregón como casi siempre. Después de tener un orgasmo, siguieron abrazados, y besándose, pronto Luis volvió a estar excitado, Mónica no dejo de estar excitada. Luis intento bajarle los calzones de nuevo, y nada hasta ahí le dejaban a Luis, así que sabía que nada más, algo era, antes que estar solo. Al terminar su segundo encuentro sexual ambos fueron a preparar la comida.

Mientras que preparaban la comida continuaron besándose, a Mónica le encantaba jugar con el pene de Luis, parecía que jamás había tocado un pene, y estaba disfrutando bonito, Luis más contento pues no paraba de acariciarlo.

Comieron, y después de la comida, tomaron algo de alcohol, Mónica no debía estar acostumbrada al alcohol, pues pronto comenzó a sentirse alegre, pero seguía bebiendo. Luis no le daba importancia. Al final entre tragos y besos, fueron de nuevo al dormitorio. Luis estaba contento, pero a Mónica no le sento tan bien la bebida. Luis la fue desnudando, y Mónica como si no se diera cuenta de nada. Luis la estuvo besando todo su cuerpo, le quito sus calzones, y no se opuso, más bien Luis pensó que ella se estaba haciendo la que no se daba cuenta, pero pasado unos días pensó que no se daba cuenta de nada. Vio su sexo, estaba velludo, pero era muy lindo, caliente húmedo. Luis comenzó a besarlo, Mónica ya no jugaba con su pene, se lo intento introducir en su boca, pero ni cuenta se daba Mónica.

Luis pensaba que se estaba haciendo la borrachina, para así tener una experiencia sexual plena, pues en verdad lo quería hacer, pero no sabía bien como dar ese paso y luego decir:

- Uy no me di cuenta de nada.

Continuo Luis besando su vagina, estaba muy rica, hasta intentaba introducir su lengua por la vagina de Mónica, y ella quita inmóvil, abría los ojos y otras veces los tenía cerrados. Finalmente Luis la penetro, no era la primera vez que lo hacía Luis, continuo hasta que eyaculo en su interior. Mónica no decía nada. Luis pensaba que Mónica estaba haciendo teatro. Tampoco llego a pensar, su neurona en se momento estaba en el pene.

Siguió abrazándola acariciando sus pechos, era idílico ese día había triunfado con 17 años, se le volvió a poner duro su pene, y no dudo en volver hacer el amor, él encima y Mónica abajo, vio una pequeña mancha de sangre en la sabana y pensó que era fruto de la perdida de la virginidad de Mónica. Pues la primera vez que la penetro su pene estaba en la puerta de su vagina pero como que no entraba hasta que forzó un poco y entro hasta el fondo. Luis continúo con su segundo polvo, y volvió a llegar derramando todo su jugo en su vagina. La penetro otra tercera vez a lo largo de la tarde, hasta que se quedó dormido a su lado. Mónica seguía dormida, hasta que sobre las 6 de la tarde llamaron al timbre, Luis respondió, era el grupo de amigo, le dijo que subieran, preguntaron por Mónica, diciéndoles que se había dormido un poco, que entraría al dormitorio de nuevo y la despertaría. Luis entro, su miembro se puso activo al ver de nuevo a Mónica no desaprovecho la ocasión y la volvió a penetrar a pesar de seguir dormida, Luis pensó que seguía haciéndose la dormida, estuvo jugando con sus pechos, y volvió a eyacular en su interior, su cuarto polvo de la tarde, y la sexta vez que eyaculaba, pero así son los 17 años vigorosos.

Salió, y estuvo fuera un rato, diciendo que seguía dormida, cuando llego las 7:30 de la noche, fue y despertó a Mónica, ella se despertó, pero de la borrachera que tenía, no sabía dónde estaba, no recordaba nada, Luis seguía pensando que seguía con su teatro. Luis la fue vistiendo, al salir y verla el resto de amigos dijeron:

- Uy que tranca tiene Mónica.

Luis intento justificarla diciendo:

- Prácticamente no ha bebido nada.

Se le preparo un café cargado a ver si se despertaba, pero fue al baño a vomitar. Luis la acompaño, y le sujetaba la frente para que se sintiera mejor al vomitar, y sobre todo no dejarla sola.

Salieron de la casa, y fueron a dar un paseo, Mónica estaba todavía “zombi” seguía abrazada a Luis, y varios besos se dieron en el transcurso del paseo, Luis estaba enamorado de Mónica, y ella igual le sucedía.

Al final marcharon todos a sus casas, Luis no volvió a saber nada de Mónica, aunque eran del mismo pueblo, pero jamás supo de ella. Pasado unos día reflexiono Luis de lo ocurrido y se arrepintió, pues posiblemente Mónica estaba tan bebida que en verdad ni cuenta se dio de nada, ni fuerzas para negarse y Luis estuvo abusando de ella una y otra vez, sin percatase del hecho ambos. Esa fue la única mujer con la que se acostó estando borracha. Posteriormente sí estuvo con varias que terminaron así, pero ya jamás volvió hacer el amor, ni tan siquiera su propia esposa, menos con otra mujer aunque hubiera bebido un poco más. Incluso Luis llego a pensar después la había podido dejar embarazada, pero no supo nada de ella, ninguno de los amigos sabía nada de ella. También había podido abortar o incluso tener el hijo, pero jamás ninguno supo más de ella. Pues tampoco tenía ningún familiar o amigo en el grupo, todos pensaban que era la amiga o la prima de otra, que marcho pronto de la fiesta, luego en la tarde no salió pero no era. Pero nadie del grupo la conocía, simplemente la aceptamos sin más en el grupo. Pero nadie volvió a saber nada de ella.

FIN
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sábado, 19 de abril de 2014

LA MILI


Autor: Gallardo Martínez
 
Esta es una obra de ficción y cualquier semejanza con personas, vivas o fallecidas, lugares, eventos o escenarios es puramente fortuita. Todo es producto de la imaginación del autor  y se emplea en forma ficticia.

ADVERTENCIA:
El siguiente material contiene algunas escenas sexualmente explícitas y lenguaje adulto que podría ser considerado ofensivo para algunos lectores y no es recomendable para menores de edad.
 
La imagen está extraída de internet, no se ha podido localizar su autor, para autorizar el uso, su fin es sólo decorativo.
 

LA MILI


Pilar era la hermana de José. José y Javier habían estudiado juntos, tenían bastante amistad entre ellos, solían irse todos los fines de semana de fiesta, tomándose sus litronas, y algunos petas.

Javier iba mucho por la casa de José, y allí estaba su hermana. La cual no era muy agraciada, pues estaba bastante entrada en peso. Javier no le interesaba la hermana, pues tampoco era atractiva, era mayor que ellos.


Ese verano, José fue a cumplir la famosa mili, ya seria de los últimos años en los cuales tenías que ir de forma obligatoria. En cambio Javier fue excedente de cupo, y por tanto se libró de cumplirla. Pero algunas veces iba a la casa no por ver a Pilar, sino a la amiga de esta, que muchas veces estaba allí. Ese día solo estaba Pilar, e invito a Javier que entrara. Javier le dijo que se marchaba. Pilar le dijo:


-       Pasa que no te voy a comer.

Aunque más bien Pilar pensó lo contrario, por lo que sucedería mas adelante. Al final Javier entro, Pilar le invito a que se sentara y que se tomara una cerveza. Javier acepto.

Pero Pilar estaba deseosa de más ese día, no había nadie en casa, tampoco vendría nadie de momento, podían toda la tarde sin que llegara nadie. Comenzando a insinuarse a Javier.

Javier entre que no le atraía nada, y que era la hermana de su amigo, pues sé hacia el remolón. Pilar comenzó a ser más insistente. Hasta que a Javier, pensó, bueno más bien la única neurona masculina, tropezó y cayó, yendo a parar al pene. Vamos a ver, si ella quiere, pues vamos a darle lo que quiera. Así que se reafirmó en su teoría: “polvo que no eches hoy, no lo echaras jamás

En otra ocasión habían ido todos los amigos a la piscina, y Pilar también fue con ellos. Pilar llevaba tiempo detrás de Javier, pero Javier le iba dando largas un día tras otro. Ese día en el agua con Javier, se le salió un pecho del bañador, y Javier le advirtió a Pilar, Pilar disimulo que no se enteraba que la avisaban, pero en verdad lo hizo muy descarada. No era un pecho bonito, como había visto en otras mujeres antes. Era un pecho grande, muy grande, incluso se atrevería a decir un tanto fofo. Incluso ni sentía ganas por acariciarlo. Lo recordara siempre pero por lo fofo que era. Tenía incluso una espinilla con la cabeza blanca en el pecho, no volviendo a ver jamás en ninguna otra mujer. Los pezones no estaban duros. En fin que más bien le dijo tápate, pero para no verlo.

Ese día en su casa Pilar estaba decidida a todo. Javier pensó, pues vamos a darle lo que quiera. Así que la beso. Pilar no se lo podía creer, que Javier de tantas veces que le daba largas, al final la besara. Javier fue acariciando esos pechos tan grandes, después fue bajando la mano, muy decidida, pues sabía que Pilar llevaba tiempo deseando ese momento. Llegando a su vagina, y allí la fue acariciando. Pilar se desabrocho rápidamente los pantalones, para dejar más libertad a la mano de Javier.

Javier le fue besando los pechos, y la iba excitando. Cuando fue a echar mano del condón que tenía siempre, se dio cuenta que no estaba. Así que con la excitación que tenía encima, para decirle a Pilar que otro día, uf, ni pensarlo. Así que Javier, pensó pues sin condón “a pelo”, y así lo hizo. La penetro sin problemas, Pilar estaba súper excitada. Javier continúo dando sacudidas en la vagina con su pene. Pero era una vagina bien humedad, pensó Javier que ya había tenido varios orgasmos antes, cuando le acariciaba sus pechos, o incluso antes.

Javier continuaba con su idea “polvo que no eches hoy jamás lo hecha” Continuando, dándole alegría a Pilar. Pilar había conseguido hacer su sueño realidad, que Javier, le estuviera dando sexo. Javier comenzó a penetrarla como en los videos pornos, y eso le encantaba a Pilar, estando muy deseosa, y por más que continuara, más feliz se sentía Pilar, tanto por el placer de que la penetraran, como por haber conseguido su sueño de tener el pene de Javier en su interior, y que la estuviera penetrando de esa forma.

Nada más terminar de hacerlo Javier marcho rápido, no sea que viniera alguien, y dijera, mmm… los dos solos.

Javier estuvo tiempo sin pasarse por la casa, no fuera que no hubiera nadie y tuviera que repetir con Pilar. Cuando finalmente regreso, por haber llegado José. Le dijeron que la hermana había tenido una aventura, con uno que frecuentaba unos de los bares cercanos a su casa, y que se había quedado embarazada, y que había abortado, pues el amante debía de estar casado, y que ya hacía tiempo que no iba por allí. Javier se hizo el tonto, pues hacia bastante tiempo que no iba por la casa, y no sabía nada de lo sucedido. Cualquiera dice nada. Finalmente fue decidiendo el dejar de ir por la casa, no fuera que en el futuro se destapara todo, y saliera mal parado.
 


FIN
Correo electrónico: gallardo.martinez@mail.com

miércoles, 2 de abril de 2014

DESEO DE MUJER

Autor: Gallardo Martínez

 
Esta es una obra de ficción y cualquier semejanza con personas, vivas o fallecidas, lugares, eventos o escenarios es puramente fortuita. Todo es producto de la imaginación del autor  y se emplea en forma ficticia.

 
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El siguiente material contiene algunas escenas sexualmente explícitas y lenguaje adulto que podría ser considerado ofensivo para algunos lectores y no es recomendable para menores de edad.
 
 
La imagen es propiedad de Patricio Calut, está extraída de la siguiente web: http://pcfotografia.wix.com/patriciocalutfotografia#

DESEO DE MUJER

Era mi primer trabajo, de profesora de secundaria, en provincias, en el interior del país, era un lugar muy alejado, a saber cada cuanto tiempo podría regresar a mi ciudad. Era un lugar que hacía poco tiempo lo consideraba seguro por el gobierno, pues antes era una zona en la cual actuaba la guerrilla, e iba con algo de miedo y mucha cautela.

Al poco de llegar y de ir conociendo a mis alumnos, sentí una atracción especial por una de mis alumnas, que después de casi 20 años aún la sigo teniendo, no es que me considerara lesbiana, o como quieran catalogarme, pues yo sé cómo soy, y no me afecta los posible comentarios. Pero veía en aquella chica algo especial que me atraía, sería su corazón, sería su ser espiritual, en verdad no sabía que era, pero me fascinaba, quería abrazarla, besarla, besar su cuerpo, acariciar lo más íntimo de ella con mi lengua y oírla gemir de placer, quería fundirme con ella y ser uno solo, quería estar a su lado y embriagarme del magnetismo de su espíritu. Se llamaba Verónica, bueno se llama aún. Tenía cuando la conocí, 18 años recién cumplidos, era una chica de provincias, tenía la inocencia de una chica que aún era virgen, inocente, de gran corazón, sin malicia alguna. Me sentía atraída físicamente por ella y mentalmente.

Los días iban pasando, hasta que un día paseando sola me cruce con Verónica, me comento que me veía siempre sola, y comenzamos hablar. Desde ese día empezó nuestra amistad. Fuimos saliendo muchos días, era también una de mis mejores alumnas, pues era muy aplicada. Por eso jamás pensé que su amistad podría venir con otras intenciones, era un corazón limpio, como su sexualidad. Conforme pasaban los días más me sentía atraída por ella, era como un espíritu inmaculado, todo en ella era bondad, no se le veía interés ni malicia, por eso pensé al principio que venía mi atracción hacia ella.

Por aquel entonces tenía 24 años, estaba soltera y sin compromiso, aunque mi primera experiencia sexual la había tenido con una compañera de colegio a los 13 años, fue mi enamorada, sentía que mi cuerpo iba cambiando, y mi sexualidad despertando. No sentía confianza con los chicos de mi edad, todos eran muy niños. Pero Susana era mi amiga, y un día estudiando en su casa, sin saber cómo, nos besamos apasionadamente, quedándome a dormir esa noche en su casa. Nadie sospecho nada, pues fue muy normal. Pasamos muchas noches juntas, y fuimos ambas explorando nuestros placeres íntimos. No me consideraba lesbiana, pues también nos gustaban los chicos, pero con ellos no se podía hacer nada, tampoco podía ir con un chico más maduro, pues no estaba bien, para una señorita de mi posición social, pues no me conformaba con pasear de la mano, hubiera querido estar haciendo el amor a diario. Pero Susana apagaba mi fuego interno, y de igual modo también conseguía apagar sus deseos más íntimos, y nadie sospechaba nada. Siempre sería una señorita pura y casta, aunque me gustaba más el sexo que a una ninfómana.

Fuimos pasando toda la secundaria junta, sin que nadie pudiera sospechar absolutamente nada de nuestro romance, en el último año de secundaria, ambas tuvimos nuestra primera relación con unos chicos de la universidad.

Pasábamos muchas noches juntas las dos, al principio nuestras experiencias sexuales más bien fueron un fracaso, pues no conseguíamos tener un orgasmo pleno, aunque tampoco lo sabíamos. Un día probamos en introducirnos una pequeña linterna, uf que fracaso. Mejor ni recordarlo. Lo único bueno eran los besos que nos dábamos, eran apasionados. Sabíamos que en nuestros cuartos y a la hora de irnos a dormir nadie nos molestaría, y eran fabulosos, nos denudábamos ambas sin dejarnos de besarnos. Nos íbamos a la cama totalmente desnudas, allí nos íbamos explorando sin prisa.

Un día por casualidades del destino, encontré una revista pornográfica de mi hermano mayor, allí vimos imágenes que nos ayudaron a tener nuestro primer orgasmo. Bueno nos faltaba algo, un pene. Pero aprendimos que había algo mejor que un pene, la lengua sobre nuestras vaginas. La primera vez fue maravilloso, pues nuestra sintonía fue perfecta, si le besaba una zona que le gustaba a Susana, inmediatamente ella besaba esa parte. Fue nuestro primer orgasmo, sentí que me iba a orinar, pero pare, por si en verdad me orinaba, pero nada salió, continuamos después y al rato de que Susana me estuviera besando igual. En verdad pensé que estando tan a gusto así, no iba a parar para ir al baño otra vez y no orinar nada. En esta ocasión me dije si se escapa algo, digo “Uy perdón” pero no iba a separarme por nada, era tan rico, además que también me gustaba estar besando la vagina de Susana. Al sentir que me orinaba, se cerraron los ojos de placer, tuve que contener un gemido que salía de mis adentros, sintiendo un gran alivio después de nuestro primer orgasmo pleno. Ambas lo tuvimos.

Susana no pudo remediar un pequeño gemido de placer, seguidamente su vagina estaba más rica, me encanto mucho saborear su vagina, después supe que había manado el jugo del sexo. Quise seguir saboreándola, pues me gustaba, a mí también me encantaba que Susana estuviera recorriendo mi vagina con su lengua. Seguimos dándonos cuenta que no parábamos de disfrutar, fue maravilloso, venían uno tras otro sin cesar. Quedamos dormidas las dos abrazadas esa noche, pues se nos fue todas nuestras ansiedades.

En la mañana hablamos y dijimos de repetir cuando estuviéramos solas, pues había sentido ganas de gemir y quería hacerlo sin necesidad de reprimirme. Susana se rio, al ver su expresión no pude evitar reírme también, pues las dos sabíamos que Susana no lo había podido evitarlo su gemidos. También hablamos de las ganas de orinar Susana me confesó que se había orinado un poco, que estaba tan a gusto, que si decía algo, me diría perdón, y volvimos a reírnos, pues lo mismo me sucedió a mí. Pero no hubo orín, sino un líquido que estaba bien rico le dije. Entendimos, que esas ganas de orinar era como el semen de los chicos, y nos gustó a las dos, así que ya sabíamos que íbamos hacer todas las noches, disfrutar como locas, sin temor a quedarnos embarazadas, y siendo vírgenes, pues no habíamos tenido relaciones con chicos, aunque habíamos probado desde una linterna a los bananos, pero eso no contaba. Lo que contaba es que estudiábamos mucho las dos, y jamás estuvimos con chicos.

En la tarde nos quedamos solas, y rápido empezamos nuestro juego novedoso. Me excitaban rápido la forma de besar de Susana, eran besos con unas ganas locas, no eran besos por que sí, sino con ganas, con deseo, con pasión, solo tenía en mente una cosa en ese instante, besarme, y de igual modo lo hacía con ella, nos desnudarnos más rápido que nunca, teníamos unas ganas locas de comenzar a besar nuestras vaginas. Nos tumbamos en la cama, y allí comenzamos a disfrutar de nuestros cuerpos. Habíamos cerrado la entrada de la casa, para evitar visitas no deseadas, y pusimos la música bien alta, para que nadie pudiera oír nuestra canción privada. Nos besamos con tal ganas nuestras vaginas, pues disfrutábamos el doble, uno por besarla, y otro porque no la besaban, éramos agraciada, no habría hombre que nos pudiera causar tanto placer como nosotras mismas. No teníamos que decir más rápido, o más lento, era como mirarse en un espejo. Bajaba el ritmo Susana y de igual modo lo hacía, movía la lengua hacia mi clítoris, y eso estaba haciendo.

Así con esa coordinación tan perfecta pronto comenzamos a disfrutar sus gemidos más placer me causaban, fue maravilloso. La cantidad de orgasmos que sentíamos no cesaban, hasta que nos faltaron las fuerza, ya no podíamos ambas hacer nada, estábamos extasiadas de tanto placer. Fue tal el ímpetu en dicha relación que se nos quedó las vaginas algo escocidas, y estuvimos varios días sin hacer nada entre nosotras.

Otra cosa que aprendimos que debíamos depilarnos nuestras zonas íntimas. Lo vimos en la revista de mi hermano, pero no entendimos muy bien. Pero conforme nos besábamos nuestras vaginas aprendimos que mejor era sin bello.

La primera vez que nos depilamos, lo hicimos con unas pinzas, y bello a bello, lo fuimos quitando todo, fue una experiencia bonita, pues tenía la vagina de Susana delante mío, la estaba tocando, la podía besar cuando quisiera, y la iba descubriendo poco a poco, parecía interminable quitar todos los bellos uno a uno, pero era maravilloso hacerlo, me excitaba quitándoselo. Pues de vez en cuando lo acariciaba con mi lengua, y me gustaba, lo olía, lo veía con total tranquilidad, era maravilloso. Tuvimos la curiosidad de introducirnos el dedo primero, y después otro más, y “vualá” funciono, lo más fácil, ni linternas, ni plátanos, ni el mango de la alcachofa de la ducha ni nada, nuestro dedo, la herramienta más útil para causarse placer una chica. Que invento más maravilloso, nuestros deditos. La de veces que me han relajado mis deditos. Incluso quitarme el dolor de cabeza. Un dolor, un dedito, ni pastillas, ni nada, un dedito, te relajas, y fuera dolor de cabeza. Hasta encontramos mientras nos depilábamos el famoso punto G, antes de saber que existía. Que risas se nos escapó, el día en que en clase lo explicaron.

Así transcurrió nuestra segundaria, dedito por acá, lengüita por allá, y las más felices, del mundo y sin probar un hombres las dos.

El último año de secundaria fue especial, conocimos a unos chicos de la universidad, mayores que nosotras, y algo más maduros, pero no tanto. Una noche las dos perdimos nuestra virginidad oficialmente, aunque creo que la fuimos perdiendo poco a poco, solo nos faltaba tener un pene en nuestro interior. La verdad que disfrutaba más con Susana, pero había que probarlo.

Ese verano que terminamos la secundaria, fue pleno, pues un día con Susana, otro con David, o incluso ambos, pero jamás juntos. Fui disfrutando más del sexo con David, me encantaba que me penetrara, también disfrutaba mucho con su pene.

La primera vez que le hice una mamada a David supo feo su pene, y me dije que no volvería, hasta que un día nos bañamos juntos, y ya supe, que debería estar bien limpia antes de introducirla en mi boquita. También le anime a David que se depilara su zona íntima, aunque lo que hizo fue rasurárselo, prefería depilado, pero algo era. Pues cuando me introducía sus testículos con mi boca, siempre aparecía un dichoso bello, y era feo, así rasurado todo él, era más apetecible introducirlo en mi boquita. Explorar los pliegues de sus testículos con mi lengua era maravilloso. Algo tan delicado, tan frágil, que aumentaba de tamaño y dureza al paso de mi lengua, me encantaba, algo tan frágil, y duro a la vez, era solo para mí.

También introducirme su pene en mi boca me fascinaba, ver su expresión, saber cómo podía dejarlo dormido, ver como brotaba su semen, saborearlo, tragármelo.

Introducírmelo todo, y ver su cara de sorpresa era maravilloso, ver como empezaba besando los laterales de su pene, comenzar a introducirlo en mi boca, ir succionándolo conforme movía mi boquita, tenerlo dentro de mí. Prácticamente acariciarlo con mis labios, era una sensación más placentera para mí, que la que podía sentir David, mientras se la chupaba.

En fin al llegar el otoño, nos fuimos alejando poco a poco ambos, un día él me decía que estaba lejos y no podía, al siguiente estaba cerca y no quería yo, y así poco a poco nos fuimos dejando de ver. Susana marcho fuera del país a estudiar, pues un familiar de Estados Unidos, le había conseguido una visa, y poder estudiar allí, y marcho. Nuestra relación se terminó, solo nos veíamos en navidades, pues en verano no regresaba hasta que terminó, para volver a marchase otra vez al mes de venir, pues iba a trabajar en Estados Unidos.

Susana se casó, tuvo un hijo, y se divorció, cuando regresa quedamos para volver a vernos, y tener nuestros encuentros íntimos, pero nada como aquellos de secundaria. También me case, y tuve un par de niños por dicha razón no me considero lesbiana, pues aunque tengo más disfrute con las mujeres también esperaba tenerlo con los hombres, pero no fue posible, de siempre he disfrutado más con una mujer, que con un hombre.

Durante mis años de universidad, no tuve pareja estable, ni chico ni chica, si bastantes esporádicas. Tampoco encontré ninguna mujer que quisiera una relación estable, tampoco encontraba a quien me causara tanto placer como Susana.

Volviendo a Verónica, cada día me sentía mas atraída por ella, pero ella eludía todas mis intenciones, no sé si por miedo, por temores con ideas preconcebidas, porque no se daba cuenta, pues siempre estábamos juntas. Tampoco me sentía con fuerzas de besarla, podía acariciarla, alagarla, piropearla, todo le encantaba, pero jamás sentí fuerzas como para besarla, aunque si muchas ganas. Pero escabullía mis miradas, pero algo en mi interior de siempre me decía que algún día conseguiría besarla, y una vez que nos besáramos sentiría el amor que la he procesado por ella, y de igual modo ella me amaría.

Hablábamos mucho, incluso le parecía bien el amor entre mujeres, o entre hombres. Pero no conseguí una mirada suya que me diera la confianza para besarla. Temía perderla, y necesitaba llegar a un punto, en el cual no le importara probarlo.

Durante mi estancia en aquel lugar, al estar sola en la noche, rara vez no me venía a mi mente como podría ser nuestro primer encuentro, incluso pasado los años, sigo imaginando como podría ser mi momento intimo con Verónica. Me imaginaba que la besaba, ella al principio se resistiría pero por timidez, por pudor, pero lo ansiaba tanto como yo. Pasado un breve rato me abrazaría, y sentiría como su lengua se fundía con la mía, le acariciaría sus pechos, y ella haría exactamente lo mismo con mis pechos. Se quitaría la parte superior de su ropa, mostrándome la belleza de sus senos, para mi deleite, de igual modo haría yo. Seguiríamos besando, sin ninguna prisa, con todas las ganas contenidas durante todo el tiempo pasado. Tomaría la iniciativa, y le iría besando todo su cuerpo, que solo sintiera placer conmigo. Acariciaría su vagina, como una mujer sabe hacer, para arrancarle su primer gemido de placer, que no pudiera remediar emitirlo, seguir amándola. Que sintiera tanto placer por dicho momento, que la hiciera adicta de por vida. Que jamás se alejara de mi lado.

Iban pasando los días y más atraía me sentía hacia Verónica, pensé en besarla en alguna ocasión, pero algo me decía, que le iba a gustar, pero lo iba a rechazar, pues aún no había conseguido dar en la tecla precisa de Verónica, para que dijera lo pruebo. Es como el niño que dice no me gusta la Coca-Cola, y nunca la prueba, cuando ve algo similar que le van a dar, igual dice que no, y jamás consigue dar con la palabra precisa, para que lo pruebe, y que diga, Uy pues si esta rica. Pues igual Verónica, estaba cerrada en banda. Pero el problema más bien era mío, pues no conseguía dar con la palabra adecuada. Crear el ambiente adecuado para esa primera vez.

Pasaban los días y temía irme de allí, pues mi contrato era por un curso, y al año siguiente era posible que no estuviera allí, y ya me resultaría más difícil conseguir a Verónica. La clase de Verónica decidió hacer una excursión de fin de curso, me pareció estupendo acompañarlos, pues a Verónica le encantaba dicho lugar, era una zona de baños, acampadas, en fin parecía un lugar propicio para probar a besarla. Se fue planificando toda la excursión, todos estábamos ilusionados. Los alumnos por ir, por mi parte también, pues podría pasar la noche al lado de Verónica, estaríamos bañándonos, en fin seguro saldría todo bien. Hasta llegue a pensar que Verónica que ella había planeado esto para nuestro fin.

Por fin llego el día de la excursión, cada cual estaba ilusionado con sus planes que tenían en mente. Tomamos todos un vehículo para dicho lugar que estaba a un par de horas en vehículo. Verónica se sentó a mi lado, eso me dio más ilusión para mí. Llegamos y era un lugar con un buen microclima, era caluroso, con mucha vegetación, un gran rio, unos baños con aguas cálidas. Una zona de acampada, en la cual se podían hacer fogatas, lo veía todo muy bien, era un lugar perfecto para conseguir mi objetivo anhelado durante este último año. Pusimos las tiendas de campaña para la noche, al terminar de acomodar todas las cosas, fuimos a bañarnos. Verónica y yo dormíamos en la misma tienda, con otras dos chicas más. Dormiría en el medio, Verónica a mi lado y a un extremo de la tienda, todo parecía salir mejor que lo había pensado. Nos pusimos las dos el traje de baño en el interior de la tienda, fue la primera vez que la contemple desnuda, Uf me hervía la sangre de estar las dos tan cerca y desnudas. Tenía un cuerpo maravilloso, más lindo de lo que había podido imaginar, unos pechos erectos y pequeños, posiblemente sería la primera persona que se los veía. Se desnudaba con total naturalidad, que más atraída me sentía a ella. Se puso su bikini y salimos. En el baño la pude contemplar disfrutando del agua, que mi corazón se aceleraba, sentía unas ganas imperiosa de besarla, pero estaban el resto de alumnos allí, si la acaricie como el que no lo quiere, así conseguía calmar mis ansias de abrazarla y besarla. Terminamos el baño y nos dispusimos a cenar y preparar las fogatas. Sería una noche maravillosa.

Cenamos al lado de las fogatas, reí como hacía tiempo, fue estupendo, hacía tiempo que no lo pasaba tan bien, para mayor alegría la mujer que tanto anhelaba estaba siempre a mi lado. A la hora de dormir, nos fuimos a las tiendas, Verónica pronto se quedó dormida, estaba muy cansada, yo no pude dormir, sabiendo que la tenía al lado, que estábamos durmiendo tan juntas, la abrace incluso bese sus carnosos labios, pero ella dormida, y yo enamorándome más de ella. Pensé en besarla apasionadamente, pero temí que alguna de las chicas que dormían también al lado nos descubrieran, y me contuve.

Al día siguiente fui la primera persona que la vi despertarse, seguía estando linda al despertarse, no pude contener las ganas acumuladas todo el día y la fui a besar en los labios, para darle los buenos días, pues eran mis mejores buenos días que sentía. Al besarla, Verónica se apartó, y en un acto reflejo mío, ante ese movimiento repentino, le bese la frente. Verónica se quedó muda, pues se apartó repentinamente, y mi excusa fue que le daba los buenos días con un beso en la frente, algo que cualquiera puede hacerlo, como muestra de agradecimiento.

Verónica se disculpó, pues no supo que le paso, (en verdad se vio amenazada por un beso en los labios que no deseaba) paso el día y este se enfrió bastante, ya no estaba siempre a mi lado Verónica, la note algo más distante, en la tarde se volvió a mostrar cariñosa conmigo. Volvimos a pasar la velada junta, y la noche, volví a dormir abrazada a ella. Pero la note más distante.

De regreso al día siguiente, no me sentí tan bien, pues me precipite, me sentía mas enamorada si era posible de Verónica. En dicha excursión contemple a Verónica disfrutar, la vi desnuda, dormimos juntas. Seguía teniendo mis dudas ante si quería tener algo más conmigo, pues aunque en un primer momento se sintió distante, pronto volvió a comportarse con total normalidad conmigo, incluso el segundo día, pensó que también le iba a besar en la frente al despertarse, en verdad la bese en la frente el segundo día después que lo dijera. La volví a ver totalmente desnuda el segundo día. En fin volvió a la misma normalidad de antes. Algo en mi me decía que la tendría siempre a mi lado a Verónica, como amiga, pero sin nada de sexo. Aunque es posible, que en un momento de debilidad emocional, nos besáramos, y entonces la tendría toda la vida a mi lado.

Al curso siguiente salió una plaza en otro lugar, pero seguí manteniendo la amistad con Verónica. Han pasado ya cerca de 20 años de ese año, y sigamos viéndonos. Ahora resido en Italia, y este año volvimos a estar juntas las dos, coincidimos las dos durante las vacaciones, pensé que su matrimonio no funcionaba muy bien, y que estaría mal emocionalmente, entonces estaría a su lado para consolarla, pero no resulto, pero quien sabe más adelante. Aunque también es posible que Verónica supiera desde el principio mis intenciones hacia ella, pero en su interior jamás lo acepto, pensó que el amor que sentía hacia ella era amistad, no habiendo jamás nada de sexo, y quiso pensar siempre en la amistad que procesaba ante ella. Pues en su interior siempre tendría la imagen, hombre y mujer igual sexo, hombre y hombre igual amistad, mujer y mujer igual amistad.

FIN
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