domingo, 27 de abril de 2014

REENCUENTRO

Autor: Gallardo Martínez

Esta es una obra de ficción y cualquier semejanza con personas, vivas o fallecidas, lugares, eventos o escenarios es puramente fortuita. Todo es producto de la imaginación del autor  y se emplea en forma ficticia.


ADVERTENCIA:
El siguiente material contiene algunas escenas sexualmente explícitas y lenguaje adulto que podría ser considerado ofensivo para algunos lectores y no es recomendable para menores de edad.



La imagen esta extraída de internet, no se ha podido localizar su autor, para autorizar el uso, su fin es sólo decorativo.

REENCUENTRO


Un día entre semana Miguel se encontró con Mónica, hacía tiempo que no se veían, incluso años, se miraron y se reconocieron rápidamente, se saludaron, y pregunto Mónica que era de su vida, estando un tiempo hablando, Mónica estaba novia formal, al menos eso le dijo, pero que su novio trabajaba fuera y venia los fines de semana. Miguel le dijo que a ver si se veían un día, y Mónica quedo para verse entre semanas, pues el fin de semana venia su novio. Quedando ambos para el próximo miércoles.

Mónica había mejorado mucho en el tiempo que no se veían, o puede que Miguel la estaba mirando con ojos de deseo, pero Mónica se había hecho toda una mujer, y la ropa que llevaba la favorecía mucho.

Al llegar el miércoles, se encontraron, allí estaba Mónica, con una minifalda enseñando unas piernas muy bonitas, que Miguel no las recordaba que fueran tan lindas, pensando que lo bien que se lo pasaría el novio subiendo acariciando esas piernas, hasta llegar al lugar de unión, y allí disfrutar ambos. Se preguntaba si lo tendría depilado, para saborearlo, o si por el contrario estaba velludo.

Fueron a tomar a un bar de la zona, pero Mónica estaba algo intranquila, pues comento que la podían ver con Miguel y su novio se podría enterar, y luego tener problemas, así que le propuso que si podían ir a otro pueblo que estuviera más alejado. Miguel acepto, además en un lugar más lejano se sentiría mejor ella, y quien sabe si podía hacer algo, pues la ropa que se había puesto daban ganas de quitársela, para descubrir el resto de su cuerpo, pues lo que se veía era maravilloso, no recordando que estuviera así de bien Mónica, pero lo estaba. Estaba para comérsela, y Mónica pensaría a ver si me comen, con ganas y pasión.

Marcharon a otra ciudad a unos 80 kilómetros de distancia, durante el viaje, algunas veces Mónica acaricio a Miguel, de una forma muy persuasiva, y sutilmente a la vez. Miguel no podía evitar mirar las piernas de Mónica, además que al subirse al vehículo su falda se había subido más. Tuvo tentaciones de poner su mano sobre su pierna, pero se contuvo, no fuera que la fastidiara, y no hiciera nada. Mónica no hacía para bajarse la falda, parecía que estaba diciendo, mas no puedo enseñar, pero deseo enseñarte todo, y que lo hagas con ganas, para eso tapo lo justo. Además que se le veía que estaba muy a gusto ella en el vehículo.

Mónica dio a entender que su novio era muy clasista, que no le daba lo que ella quería, Miguel le dijo que como podía resistirse a no darle a una mujer lo que ella quería, Mónica se rio, y puso su mano sobre la pierna de Miguel dejándola bastante rato. Miguel le dijo que si por el fuera le daba todo lo que necesitara, pues estaba Mónica muy bien y se lo dijo así de claro.

Miguel pronto pensó que el novio no quería hacer nada con ella, o lo hacía pero sin mucha pasión, como si fuera una rutina, y que ella estaba deseando hacerlo sin que nadie le dijera, eso no quiero, no me toques así, que eso lo hacen las meretrices, en fin que estaba cohibida, o sin poder hacer nada, reservándose para la noche de bodas.

Mónica le comentaba, que en alguna ocasión había pensado buscar algo más, además del novio, pero que no se atrevía, pues si luego estaba en boca de la gente que había estado con otros. También le comento que cuando salía con su novio no se podía poner minifaldas, pues no quería que nadie viera sus piernas. Miguel le dijo que las tenía muy bonitas, que a él le encantaría tener una novia con esas piernas tan bonitas, pero para que las luciera, y verla así todos los días, incluso le daba ganas de poner su mano sobre esas piernas tan lindas, y que ella no tenía culpa si los demás la miraban. Mónica, le dijo que a ella no le importaba que le acariciara con la mano, que le gustaba que se la acariciaran. Miguel inmediatamente le puso la mano en su pierna, y la fue acariciando, Mónica le encantaba que le acariciaran las piernas y el resto de su cuerpo, pero había que empezar por el principio, para llegar al final. Estaba disfrutando que alguien la estuviera acariciando, que estuviera disfrutando tanto como ella de ese placer.

Miguel ya tenía claro que no solo quería que le acariciara las piernas, sino donde terminaban estas. Mónica también, pues se sentía muy mal con su novio, con tantas condiciones que le estaba poniendo, además que todo lo que le decía Miguel era lo que quería ella oír, sin saber que en verdad Miguel le estaba diciendo todo lo que ella quería escuchar. Pues Miguel el único objetivo era tirársela, y que volviera con su novio después. Hasta la próxima vez.

Así fue, comenzó acariciarle la pierna, subía más, ponía la mano entre las piernas cerca de su vagina, y a ella le encantaba sentirla. Hasta que le dijo Miguel paramos un poco más adelante y hablamos bonito, (parar en mitad del campo para chingarsela). Redujo no fuera que alguien la hubiera visto, y la siguieran, y mal rollo que en plena faena, se acercara un vehículo con ganas de peleas. Pero nadie les seguía. Salió de la carretera, y por un camino conocido anduvieron, hasta salir de nuevo a la carretera, cambiar de sentido, para dirigirse a otro camino. Mónica le dijo que estaba haciendo, y Miguel le dijo, que estaba haciendo eso por si alguien le seguía, para que no tuviera problemas con su novio, y Mónica se quedó más tranquila, pues no llego a pensar que la podían seguir, sabiendo ahora ella, que nadie llegaría a fastidiar nada, ni sabrían nada. Continuaron hasta parar el vehículo. Allí continuaron hablando un poco rato más, hasta que después de una mirada intensa entre ambos se fundieron en un beso, apasionado.

Miguel le fue besando la boca, con tal pasión y ganas, que Mónica lo sentía y lo deseaba, lo hacía con tantas ganas que no podría negarse a nada, le beso el cuello, la oreja. Miguel le preguntaba que le gustaba más, Mónica le encantaba todo, pues sobre todo porque la besaban con ganas, ella sentía ser el centro del universo en ese instante y como se iba a resistir, cada beso que recibía, le hacía sentir en la gloria. Mónica también intuyo que podía hacer lo que quisiera, y que su novio no se enteraría de nada, era el secreto de ambos.

Mónica, fue directa para agarrar entre sus manos el miembro de Miguel, eso le encantaba, y su novio no lo veía tan bien que se la agarrara, pues pensaba que eso lo hacían las meretrices, y su novia no era tal. Miguel decidió sacar una toallita de los niños, y limpiársela, por si quería Mónica introducírsela en su boca, y que no le supiera un sabor feo. Miguel tenía bien depilado su miembro, sin nada de bello. A Mónica le encanto acariciarlo así.

Miguel se lo propuso si ella quería introducírsela en su boca, y acepto, le encantaba poderla tener en su boca, saborearla, hacer lo que deseaba sin que nadie le dijera está bien o está mal hacer eso, sino hacer lo que ella quería, y disfrutar haciéndolo. Pronto se dio cuenta Miguel que Mónica no lo había hecho antes, pues notaba sus dientes, así que le dijo como se debía de hacer, para que ella disfrutara más y no se cansara. Pues hay cosas que no se saben, y nadie nace con ellas aprendidas. Incluso sabiéndolo, hay que practicar bastante.

Lo primero que has hecho ha sido lo correcto, hay que acariciarla con la mano, hasta que se pone dura, pero bien dura. Luego hay que introducir la boca, pero no raspando los dientes con la piel del pene, pues esta piel es muy delicada. Hay que abrir bien la boca, y rozar suavemente tus labios húmedos con el pene. Debes mover lo menos posible el pene dentro de tu boquita, eso que hacen en las pelis porno de moverlo mucho error, eso no se hace. El movimiento de la boca ha de ser corto, y succionaste. Puedes Introducir en tu boquita las bolas, e ir explorando y sintiendo su textura con la lengua. Con la mano sigue acariciando el pene. Luego puedes dejar las bolas y continuar con el pene, pero sin presionar con los dientes, y succionando.

Saldrá un poco de semen, es para lubricar, no es malo tragárselo, todo lo contrario es bueno, pues son proteínas, es como si estuvieras tomando un complejo vitamínico, que lo único que te hace es sentirte bien en tu organismo.

Mónica lo hacía muy bien, pronto Miguel comenzó a jalear, eso le excitaba más a Mónica, oír los gemidos de placer de Miguel, era señal que lo hacía muy bien, y mejor se sentía ella de saber que lo estaba haciendo bien.

Miguel seguía diciéndole entre gemidos de placer, que lo hacía muy bien, así movimientos cortos y succionantes, muy bien lo haces.

Mónica le encantaba introducirse las bolas en su boca, además que el pene de Miguel estaba sin vello sintiéndose Mónica más realizada, pues estaba perfecta para ella, le parecía más limpio, y más bonito, más cuidado.

Miguel le aviso que iba a eyacular que dejara de chupársela, pero Mónica no quiso desperdiciar ese momento, y quiso recibir todo el semen en su boca, pues al fin y al cabo era un complejo vitamínico y le haría sentir mejor.

Miguel le dijo que ahora le tocaba a él darle placer, la fue desnudando, entre besos para descubrir sus pechitos, que eran chiquitos pero juguetones, Mónica estaba complacida, por las ganas que ponía Miguel al hacer el amor con ella.

Miguel comenzó a jugar con sus pezones, acariciando sus pechos, y preguntarle que le gustaba más, cuando comenzó a mordérselo con la boca, fue cuando no evito decir un…

- Siiii, asííí, me encanta, sigue asííí

Comenzando a ir gimiendo Mónica, empezó a gustarle, mientras tanto le acariciaba su vagina, Mónica estaba disfrutando por fin, fue Miguel a introducirle el dedo por su vagina, cuando dijo Mónica que no le introdujera el dedo, que quería que la penetrara con el pene.

Miguel decidió ir bajando su boca, para jugar con su clítoris. Mónica estaba que iba a tener un orgasmo inmediatamente, y quería que fuera penetrándola con el pene. Mónica no podía resistirse más tanto placer acumulado. Diciéndole que subiera, que la penetrara.

Miguel que ya tenía puesto su preservativo, lo hizo, costo un poco que entrara el pene en su vagina, nada más entrar. Mónica no pudo resistirse más, y tuvo su orgasmo. Mónica pensó que lo ideal hubiera sido tenerlo ambos al mismo tiempo. Pero no sabía que un poco más adelante tendría una nueva sorpresa, tendría su siguiente orgasmo, más placentero que el primero. Pensaba ella, que solo podría tener uno, y ya estaba, sin saber que todas las mujeres pueden tener varios en la misma relación.

Continuaron con su baile, Miguel seguía acariciando sus pechitos, mordisqueando sus pezones, Mónica disfrutaba, y no ocultaba sus gemidos de placer, sin necesidad de que nadie le pudiera decir que actuaba como una meretriz. Cuando la realidad era muy diferente, era una cosa normal en toda relación, que todas las mujeres lo hacen, y los hombres.

Después de que volviera a eyacular Miguel, descansaron de su baile, siguiendo ambos abrazados. Pues Mónica al igual que todas las mujeres continúan excitadas después de hacerlo. En cambio en los hombres es diferente, después de hacerlo, se le termina la excitación.

En ese momento de relax de ambos, y en el cual se sinceran más, le dijo Mónica que era la primera vez que lo había hecho. Que con su novio nunca la había penetrado, pues quería que ella fuera virgen al matrimonio. Que incluso algunas veces en alguna peli que habían visto, y gemía la mujer, él decía que eso solo lo hacían las “putas”, que las mujeres decentes no hacían esos gemidos, pues era simulado. Ella para evitar que le dijeran que eso no era lo correcto, lo evitaba. Que se había sentido muy bien. Preguntándole a Miguel que tal él. Miguel le dijo que fenomenal. Miguel continuaba besándola, le besaba sus labios, su hombro, sus pechos, pues quería volverlo hacer de nuevo.

Mónica en principio no estaba muy convencida, pensando que hasta no sería bueno, incluso pensaba que no podría, le venían infinidad de excusas a su mente.

Miguel la siguió besando, y aunque no se le ponía dura de momento, continuaron haciendo los juegos amorosos. Miguel le fue besando su cuerpo, con la intención clara de ir bajando hasta su vagina, al ir llegando, Mónica le dijo que no, que estaba mojada ella. Miguel le dijo que mejor, que más rica estaba así su vagina. Mónica no sabía y acepto, Miguel bajo y fue besando su monte de venus, que estaba con muy poco vello. Mónica se dejó llevar. Sintiendo de nuevo que le vendría otro nuevo orgasmo. Diciéndole a Miguel que subiera. Miguel le dijo que se corriera ella, que ese néctar que manaría de su vagina estaba bien rico. Mónica tranquila tuvo su orgasmo, sin impórtale nada, pues pensaba que en verdad estaría rico.

Mónica le pidió a Miguel que se la limpiara, que quería comerle su pene, y saborear su semen, para tomarse un nuevo complejo vitamínico y acepto. Mónica se puso a comer el pene, sabía que no lo dejaría hasta que eyaculara y así volver a saborear ese néctar que manaría por su pene.

Así continuaron, Miguel lamiendo su clítoris, y Mónica con su pene. Mónica disfruto de cada orgasmo que tenía, sabiendo que Miguel lo iba a recibir y lo iba a saborear, pues estaba rico. Cuando fue a llegar Miguel la advirtió, para que supiera que lo iba a recibir, y no le fuera a su garganta directamente, sino a un lateral. Miguel eyaculo en su boca, y Mónica dijo que estaba más rico que el primero, no era dulce, ni salado, ni tampoco estaba acido. Que jamás pensó que eso eran proteínas, y que era comestible.

Quedándose bastante rato ambos desnudos, tranquilos, hablando riéndose, y besándose en la boca.

Mónica le dijo que a ver si otro día entre semanas se volvían a ver. Miguel acepto. Se fueron vistiendo, y salieron para arreglase. Al entrar de nuevo, se dieron cuenta que había una pequeña mancha roja sobre el asiento de Mónica, y dijo ella, anda mira donde se ha quedado mi virginidad, en el asiento de tu coche, riéndose ambos.

Volvieron a verse más veces, con iguales ganas y pasión. Mónica le propuso a Miguel que dejaría a su novio, para irse con él. Eso no le convencía mucho a Miguel, pues de igual modo lo que hacía con otro, el día de mañana se lo podían hacer a él, y ya eso no le gustaba tanto. Así que para evitar problemas, y sin saber cómo decírselo a Mónica decidió el dejarla de ver. Pasado un tiempo sin que ya se vieran, le dijo Mónica que ya había dejado a su novio, Miguel le dijo que no quería verla, pues se sentía responsable de su ruptura con su novio, y por eso no quería. Paso tiempo sin verla, hasta que un fin de semana, la volvió a ver esta vez con su novio, no se saludaron, y así evito darle explicaciones a su novio.

FIN.
Correo electrónico: gallardo.martinez@mail.com
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