miércoles, 21 de noviembre de 2018

LOS DESEOS DE CARLOTA


LOS DESEOS DE CARLOTA


Me llamo Carlota, soy de un pueblo de la montaña Palentina. Alejado de todo. Poca gente sabe dónde está mi provincia, lo confunden por Valencia, por el sonido. Pero nadie sabe dónde está en el mapa. Cuando lo conocen, ya no quieren volver a saber, pues hace tanto frío, que hasta el diablo se olvidó, y no calienta nada esos lugares. En fin en verano hace frío, y en invierno se muere uno de frío. Allí solo hace frío y más frío. Marche a estudiar a la universidad de Valladolid. Con muchas ilusiones, y pocas cumplidas, salvo las académicas.

Transcurrían mis días con Sergio, y como que no me convencía mucho nuestra relación. Me parecía que había entrado todo en la más absurda de las rutinas. Me levantaba para llegar a la universidad, comía allí, en la tarde estudiar, charlar con los compañeros, para luego dirigirme a mi trabajo a media jornada en el Tele-pizza. Terminaba, llegaba a casa, y en la noche a echar un polvete con Sergio, así eran todos los días, salvo los fines de semana, que tampoco podíamos decir que era extraordinario, pero dejaba algo a la improvisación, pues muchos fines de semana Sergio viajaba a Madrid.

La rutina era siempre la misma, más bien en mi relación con Sergio, era donde más se acentuaba, siempre el arriba, y yo siempre abajo, siempre terminaba antes Sergio y siempre a dormirse, así todos los días.

Antes de llegar a Valladolid a comenzar mis estudios en la universidad, un día de ese verano me dio por escribir mis 5 deseos sexuales como mujer, uf que m…, han pasado ya más de 3 años de ese memorándum y nada de nada, pero vamos ni uno solo.

Mis cinco deseos que escribí eran, no por orden de importancia ni por deseos sino por cómo me venían a la cabeza:

Ø  Tener sexo con más de un hombre a la vez. Añadí en la nota: “al menos una vez” Error por todos los sitios, algunas veces intente proponérselo a Sergio, y nada de nada, él era, él quería que tener sexo con dos mujeres, tres, cuatro, con todo un aren de un jeque árabe, pero jamás encontramos a la segunda mujer. Seguro que hubiera sido fácil encontrar al segundo hombre para mí, pero Sergio no estaba dispuesto. Conclusión, o le decía a Sergio “Chao Cariño” o no lo realizaría en mis años de universidad.

Tampoco me veía viviendo con Sergio el resto de mis días.

Ø  Tener sexo con una mujer. Esta fue mi idea desde que tuve mi primera experiencia con un hombre. Después de hacerlo la primera vez con Carlos, me vino a la mente, “ya se terminó esto Carlota” que desilusión mi primera vez, bueno y las siguientes, para que negarlo. Disfrutaba más sola, con mi manita, que con un hombre. Así que ese verano, pensé que sería maravilloso hacerlo con una mujer pues somos las que mejor conocemos nuestro cuerpo, y me podría hacer llegar al clímax, llegar a tener un verdadero orgasmo en la vida. Pero hasta la fecha nada de nada, ni por asomo, todas las lesbianas, o eran unas marimachos que se afeitaban, o estaban ocupadas, y jamás se me acerco ninguna.

Ø  Que me hicieran sentir una “puta”. La verdad que no supe cómo expresarlo, en verdad era que mi príncipe azul, el que me tratara con amor romanticismo, con dulzura. En algún momento de llevarme a la cama, me tratara como su esclava, no con agresividad, ni con dolor, pero que me diera alguna cachetada en las nalgas, que me penetrara con fuerza, sentir sus envites con su miembro, sentir que me obligara al hacer el amor. La verdad que me gustaba que lo hicieran alguna vez, pero error, nada de nada.

Ø  Violar a un hombre. Violar tampoco es la palabra correcta, pero si hacer con él, lo que hubiera querido. Con el paso del tiempo baje tanto el listón que ni aún lo conseguía. Lo baje hasta tal extremo que al menos ponerme arriba cuando hacia el amor con Sergio, pero nada, pero “nati de plastic”

Ø  Hacer una peli porno casera. Ese era también mi último deseo, en multitud de ocasiones lo pensé, pero no me daba suficiente confianza Sergio, ni Carlos. Pues a ver si un día iba a ver todo el mundo por Internet imágenes mías, o un video mío haciendo el amor. Claro sería una “potra” averiguarlo

Pero nada ningunos de mis deseos sexuales lo había conseguido hacer, y lo peor, tampoco podría conseguirlo con Sergio. Tampoco me convencía Sergio, se había convertido en un ser especial últimamente, tenía tal ego, que como un día se subiera a la cima de su ego, y cayera, seguro no llegaba vivo abajo. Era un ego superior, la verdad que no tenía tan claro de donde le podría venir, pero se creía un ser superior. Tenía todas las papeletas, para decirle un día, o te vas tú del piso, o me marcho yo. Lo había hablado antes con él en infinidad de ocasiones, pero nada, su ego no le permitía darse cuenta de la realidad. Era un ser superior, bueno eso se creía, iba a terminar derecho ese año, ya le habían dicho sus “papas” que marcharía a Estados Unidos a cursar un Master, pero ni idea de inglés tenia. En fin tenian mucho dinero y se lo podía permitir. Tambien tenia un tío suyo con mucha influencia, hasta tal extremo que según él lo harían juez antes que su tío se jubilara.

En cambio yo, tenía que trabajar en “Tele-Pizza” hacer un master, ni en Valladolid, ni en la Conchinchina, no tenía dinero suficiente. Él tenía un vehículo de más de 30.000 €, para su uso y disfrute, jamás pude llegar a conducirlo. Por mi parte ni una mísera moto para desplazarme. Según Sergio cada cual tenía lo que se merecía. La vida a su lado la veía, siendo una sumisa, hacerme sentir su sumisa, pues ni dinero tenía, ni influencias en la vida tenía.

Un fin de semana, sin saber por qué, discutimos, y le dije finalmente, o te marchas tú, o me marcho yo, pero no seguimos los dos bajo el mismo techo. Fue decírselo, y decirme que se marchaba al piso de unos amigos. En menos de una semana se había marchado Sergio de mi vida, y del cuarto que teníamos.

Así que me decidí a vivir sola en el cuarto, a las malas me podría marchar a compartir una vivienda con algún compañero de clase. A los pocos días decidí a salir de fiesta. Salí con un grupo de clase, no estaba mal, pero estaba en diferente onda con ellos. En todo esto, vi a una amiga, que se había cambiado de carrera, y hacía tiempo que no la veía, iba con dos chicos, y varias chicas. Me presento, y me quede maravillada con Lucia, una de las chicas del grupo. Pronto comencé hablar con ella, estuvimos hablando las dos toda noche.

Me gustan los chicos, pero Lucia era diferente, era linda, tenía un cuerpazo lindo, unos ojos verdes cautivadores, una sonrisa maravillosa, se le hacían unos huequitos al reírse, que me gustaba verla reír. Tenía un estilo de vestir, que realzaba mucho su figura. El pelo le hacía sentir perfectamente, realzándola mucho más. En fin me sentía atraída físicamente por ella. Me comento que también la había dejado su novio recientemente, que había salido para distraerse, que se había ido a vivir con unas chicas, pero que no había conseguido encajar con ellas. Además que los fines de semana se quedaba sola en la vivienda, y le daba algo de “yuyu” quedarse sola en la casa.

Le comente que vivía en un cuarto, sola, pues había roto hacia poco con mi novio, pero que mi cuarto no era muy grande, pero que algún día podría venirse. Así que nos intercambiamos los números de teléfono.

Fue una noche estupenda con Lucia, además que me sentía atraída físicamente por ella, como jamás lo había sentido antes. Finalmente cada una nos marchamos. Estuve toda la noche pensando en Lucia, parecía una quinceañera pensando en su primer enamorado, bueno enamorada. Fue como tomarme un café bien cargado, no había forma de dormir sin estar pensando en Lucia.

Al llegar el jueves, me llamo Lucia, para decirme que iba hacer este fin de semana, pues se iba a quedar sola, que si me iba a pasar la noche en su piso. Sin saber cómo, pero le propuse de salir de fiesta y después pasar el fin de semana en mi cuarto, aceptando.

Salimos ese viernes, tomándonos algunos tragos, nos pusimos las dos contentas. Había algunas veces cuando nos mirábamos a los ojos, que me daban ganas de abrazarla y uf comerla a besos, pero me contenía, que iba a pensar Lucia de mí, pero uf, que ganas sentía de besarla y fundirme con ella en un abrazo. Pero no quería estropear esta amistad tan linda que acababa de empezar. Además ambas habíamos tenido novio hace poco. Como la iba a besar, ni loca. En fin no me atrevía a dar ningún paso. Habíamos bebido las dos bastante, y decidimos marchar al cuarto.

Una vez allí, me dijo Lucia que no me ofendiera, que no sabía si era por el alcohol tomado, o porque, que era la primera vez que sentía algo así, como lo que estaba sintiendo por una chica. Al oírla decirme eso, sentí un gran alivio y una gran impaciencia, pues lo mismo sentía por ella, pero no me quise aventurar a decir nada, a ver si me confundía, aunque todo parecía que indicaba que estaba declarándome su amor. No quise interrumpirla, quería que me lo dijera, estaba toda expectante. Finalmente Lucia me dijo que se había enamorado de mí. Uf que alegría me dio, que alivio sentí, lo mismo me sucedía a mí, por ella.

Se quedó inmóvil por un instante, después de declararme su amor. La abrace para darle la confianza por su atrevimiento para que recibiera todo mi amor, que no me había atrevido a confesarle. Pues se acababa de entregar a mí, y no quería que se sintiera mal, por eso, menos hacerle esperar. Abrazadas, la mire y la bese suavemente, con amor, con dulzura y respecto, nuestras lenguas se encontraron, para saborearse, y firmar nuestro amor. Deje de besarla por un instante, para confírmale, que también sentía por ella lo mismo, que lo sentí desde la primera noche que la conocí.

Fue terminar de hablar, y comenzamos a besarnos nuevamente, eran besos de amor, ternura, sensualidad entre dos mujeres. Lucia, puso su mano sobre mi pecho, uf que rico, lo acaricio en su justa medida, como jamás lo había hecho ningún otro chico. Presiono como solo una mujer sabe hacerlo, de igual modo acaricie su pecho, sintiendo doble placer. Comenzamos a masajearnos nuestros cuerpos. La acariciaba como me gustaba a mí que me acariciaran, Lucia de igual modo actuaba, nos excitábamos en la justa medida, como ningún chico puede llegar hacer jamás. Nos íbamos dando placer. Para mí me resulto todo tan fácil, que no podía llegar a creerme. Todo lo que me hacía Lucia lo hacía en su justa medida, con una precisión que jamás llegue a pensar que sucedería.

Nos fuimos desnudando lentamente, para terminar las dos desnudas en mi cama, fue bajando su lengua, empezó a besarme mis pezones, que placer sentía, continuo bajando hasta encontrarse con mi sexo. Pensé que era el momento de hacer lo mismo con ella. Al llegar sentir el embriagador olor que me excito tremendamente, no deje de besar su sexo, sentía que el mismo placer que me causaba Lucia, era el que le daba.

Pronto comenzó a jalear de placer, yo no podía resistir gemir por el placer que estaba recibiendo, multiplicándose, por el placer que le estaba dando a Lucia, todo era tan sencillo y fácil, que no llegue a creerlo.

Continuamos, llegando a sentir lo que jamás había sentido antes en una relación, no podía creerlo, estuvimos horas amándonos las dos, fue maravilloso, fue la primera vez que sentir varios orgasmos a la vez. Ya había pensado que los orgasmos era una utopía, pues en verdad no existían. Hasta que ya nos faltaban las fuerzas, quedándonos las dos dormidas y abrazadas.

A la mañana siguiente Lucia me despertó con un tierno beso, que maravilla de despertar tuve. Volvimos hacer el amor en la mañana. Decidimos que se viniera Lucia y viviríamos las dos juntas. Fue el principio de una maravillosa relación.

Comencé a cumplir uno de mis deseos sexuales, que me había propuesto al comenzar la universidad. Tuve confianza de contárselo a Lucia, y acepto que los haríamos, podíamos hacer con ella todos mis deseos, aunque el hacerlo con dos chicos no podía hacerlo, pero me ayudaría a cumplirlo. Aunque este será contado más adelante.

Seguíamos viviendo nuestro idilio de amor las dos, aún no tenia del todo claro, si estaría toda la vida con Lucia, o que. Por un lado no me importaba estar siempre a su lado. Entre nosotras había “buen rollo” en todos los sentidos. Por otro lado jamás me había planteado vivir en pareja con una mujer, pues de siempre había sentido que la vida era Papa, Mama, niños. Ahora tendría que reorganizar todo Mama, Mama, …. Y hay me quedaba en un silencio interminable. Empezaban todos mis conflictos internos. La verdad que complicado lo veía. Fácil era antes Papa, Mama, niños, era sencillo, lo difícil era encontrar al Papa ideal, para convivir toda la vida. Alguien que no me generara ninguna duda, desde el principio. Había encontrado a esa persona perfecta para convivir, pero no era Papa, sino otra Mama como yo, y cambiaba todos los planes para mi vida. No sabía cómo solucionarlo, pero de momento me dejaría llevar por la situación.

Por otro lado pensaba y si dejo a Lucia por el simple hecho de ser Mama, y no encuentro a Papa, pues mi media naranja es Lucia. Como no veía solución al problema en esta etapa de mi vida, lo hable con Lucia, y me dio la solución. Aunque entre medias me abrazo bien lindo, me miro y me beso. Diciéndome a mí misma, que quería estar siempre al lado de Lucia.

Su solución fue bien sencilla, ella quería estar a mi lado, si encontraba a Papa, pues que me fuera con Papa. Que siempre seria mi amiga, que jamás le revelara nuestras intimidades a Papa. Que mientras no llegara Papa pues que estuviéramos juntas. Lucia me dijo que ella no necesitaba un Papa. Que era muy feliz, compartiendo conmigo su vida. Sintiéndome algo mal, por mi egoísmo. Me dijo que no me sintiera mal, y que no me atormentara por patrones pre establecidos antes. No estaba mal visto en la sociedad que dos mujeres vivieran juntas, tampoco estaba mal visto que ambas tuvieran hijos. En fin que no sabría qué sucedería en el futuro, que de momento ella se sentía feliz y realizada con nuestra relación y no se preocupaba por lo que vendría más adelante, pues no lo podía controlar en ese momento.

Que si un día se despertaba su reloj biológico y quería tener un bebe, pues lo hablaría conmigo, y posiblemente tendría un bebe, solo necesitaba buscar un Papa que lo hiciera, y que sería fácil que el Papa, no volviera a saber nada de ella, y que cada uno marchara por su lado, solo le importaría si nuestra relación continuaba. Pero que eso vendría en el futuro. Que lo importante ahora era concluir los estudios universitarios, y realizar mis deseos que me propuse al comenzar los estudios. Así que nos propusimos dejar nuestras dudas para más adelante, y nos centráramos en el momento actual.

Nos hicimos varios videos entre nosotras, unos eran porno puros entre nosotras, otros eran más eróticos y más reales. Nos hicimos muchas sesiones fotográficas ambas, buscándonos nuestros mejores ángulos. Fue muy divertido, además que ambas teníamos el convencimiento claro que jamás las difundiríamos a terceros.

Con lo cual ya había cumplido 2 de mis 5 deseos en poco tiempo, podía decir que había cumplido otros 2 deseos más, si, pero fueron con Lucia, y aunque no me apetecía hacerlo con un chico Lucia me animaba hacerlo, pues decía que luego me podría arrepentir. Tras varias propuestas de salir con algún chico, al final opte por salir con uno, pero solo para tener sexo con él.

Un jueves con ayuda de Lucia, quede con Luis, un chico que estaba muy bien. Lucia ya había hablado con Luis diciéndole que estaba interesada por él, así que rápido me pidió saliéramos. Acepte y comenzó mi romance aunque en verdad lo que quería es cumplir mis deseos, que ya estaría Lucia para ayudarme a que pronto se realizaran. Lucia no quiso emparejarse con el amigo de Luis, aunque solo fue al principio, pues me costó mucho convencerla. Al cabo de poco menos de un mes las dos estábamos emparejadas. Aunque con la firme promesa, de terminar nuestra relaciones poco antes de un par de meses. Aún no teníamos bien claro cómo hacerlo con dos chicos a la vez.

A Luis le parecía que le costara dar el paso en tener relaciones conmigo, eso pensaba. Hasta que un día hablaron Luis y Lucia. Luis le dijo a Lucia, que no se sentía con ganas de pedirme a mi nada, pues su sexto sentido le hacía parecer que no quería nada con él. Lucia lo vio claro, diciéndole:

- Lo que tienes que hacer, es obligarla un día, quedáis un fin de semana a estudiar en nuestro apartamento. –Le decía Lucia- Allí los dos solos estudiando, y hacéis el amor.

- Carlota está deseando, incluso me ha dicho que si eras tú gay, pues como que no quiere. Lo que has de hacerle es agarrarla y por más que ella te diga que no quiere tu hazlo.

- Uy Lucia, me estás diciendo, como que si me dice alto, que la obligue hacerlo, es como si me dices que la viole.

Lucia le aclaro:

- No es que viole, pues ella quiere hacerlo contigo, solo que la conozco y te dirá que no quiere, todo lo que tu hables para convencerla ella te dirá que no. Pero ese “no” en verdad es que sí.

Luis no estaba nada convencido.

- La verdad que te entiendo perfectamente Lucia, pero creo que no voy a poderlo hacer.

Lucia le dijo:

- Mira Luis si quieres hacemos un video, ahora, nosotros, lo grabas, con mi consejo. Si crees que te van a denunciar por violación lo presentas como prueba, además te daré en estos días un video nuestro en el cual estamos las dos hablando y seguro te quitas las dudas. Pero ojo luego me das tu palabra que lo borras.

Luis quedo más convencido, haciendo ese día el video. En el que Lucia le explicaba, que aunque le dijera que no, el hiciera el amor conmigo, que lo hiciera como si me obligara o incluso como si me violaba, que en verdad no me obligaba, pero que lo hiciera. Que si Carlota (ósea yo) decía que “no” que era que “sí”. Luego una vez que lo hicieran, ya vería que no me había obligado.

Cuando llego a casa Lucia me conto todo, y quedamos en hacer un video, en el cual debía decía bien claro que si quería hacer el amor con Luis, pero en cuanto decía cualquier excusa, me respetaba y ya no quería hacer más, aunque si tenía unas ganas locas de hacerlo.

Hicimos un video largo, como si Lucia hubiera dejado la cámara sola grabando y al final hubiera conseguido una declaración mía, confirmando que si quería hacerlo.

Al final Luis quedo más convencido, y quedamos para estudiar ese fin de semana. Lucia marcho quedándonos toda la tarde. Al rato de llegar Luis, pronto empezó a querer hacer más, y mi respuesta era no. Le costaba continuar después de un no. La verdad como que tampoco me convencía a mi hacerlo, pero… en fin no quería llegar a vieja al lado de Lucia, y decir que no había hecho el amor con un hombre de la manera que había imaginado antes de ingresar a la universidad.

Cuando se lo dije en su día a Lucia mis deseos, me dijo que me ayudaría. Un día que no tenía muchas ganas de hacerlo con ella, Lucia me obligo hacerlo, y al final me gusto, diciéndome que lo había hecho, pues en cierta medida era mi ilusión aunque con un hombre, pero lo hizo ella pues yo era su pareja.

Al final Luis tomo fuerzas y decisión, y comenzó hacerlo conmigo, tampoco quise oponerme al cien por ciento, pues convencida estoy que no hubiera conseguido. Así que me echo sobre la cama, me estuvo besando, a pesar de decirle que no quería, sentía su fuerza sobre mi cuerpo, que me evitaba el moverme. También coopere un poco, ese día iba con vestido, para que no necesitara bajarme los pantalones. El vestido era de tiritas para que fácilmente estuvieran mis senos al descubierto.

Me tumbo sobre la cama, al intentar quitarme el vestido, se rompió este, me iba acariciando, y de buenas maneras le decía que no. Me quito el tanga, bueno…. lo deje, la verdad sea dicha. Pero él lo pensó que lo había conseguido en un descuido mío. Luche bastante por no hacerlo, y el más me presionaba para hacerlo, sin muy bien saberlo, estaba supe excitada.

Si dice Luis en ese momento que lo dejaba, lo hubiera violado a él. Continúo acariciándome, besándome, aunque no le dejaba, y le decía mil veces lo mismo:

- No tengo ganas Luis, déjame por favor.
- No conseguirás cambiar mi actitud.

De repente y sin aviso, sentí como me penetro, entro rápido, pues también estaba bien excitada, una vez dentro de mí, ya deje de pelear tanto, sentía como me penetraba con firmeza, y ganas, uf me encantaba, me hizo gemir de placer rápido. Al terminar Luis, le bese, y le dije:

- Que insistente eres, vamos a vestirnos pronto, que llegara Lucia, y no quiero que me vea estudiando así.

Pero no acepto, y lo volvió hacer, aunque ya esta vez no se lo negué. Más bien coopere, pues estaba tan excitada que tenía ganas de hacerlo más veces.

Cuando llego Lucia nos encontró acostados, y decidió volver a la media hora. La sentí algo molesta, pero me dijo que era mi deseo, y esa noche la pasamos las dos juntas. Al menos cumplí otro deseo, y Lucia me confirmo que tenía planes para que antes de un mes tener cumplidos todos mis deseos.

Con Luis pasaban los días y no hacíamos nada, pues no me convencía. Al cabo de unos días volvieron hablar Luis y Lucia. Diciéndole Lucia que lo que también me excitaría seria que Luis no me dijera nada, que vería como yo si quería. Entonces él tendría que negarse hacer nada conmigo, eso me volvería loca y tendría ganas de hacerlo. Vamos lo mismo del anterior pero al contrario, que fuera yo quien abusaba de Luis. No hay que decir nada, Luis lo hizo perfectamente, y lo obligue hacer el amor. Ya solo me quedaba mi último deseo.

Cumplido este deseo, ya tenían los días contados mi relación con Luis. Lucia mando de paseo al amigo de Luis, la estresaba decía. No estaba muy convencida Lucia, de hacer pareja con el amigo. Así que un día que este le intento poner las cosas claras, le dijo Lucia, “Chao, y ve con tu mamá a ponerle las cosas claras”

No sabía cómo decirle “Chao” a Luis, tampoco me daba ninguna excusa, optando por dejarlo de ver. Nunca estaba disponible para salir con él. Pero aún seguíamos saliendo, pues no lo habíamos dejado de una forma oficial, pero esto lo dejo para explicarlo en la tercera y última parte.

Era Semana Santa en Valladolid, y tenía que trabajar. Esa primavera no sería diferente a las demás e hizo frio, no como en la montaña Palentina, pues en mi pueblo aún no se había derretido el hielo del principio del invierno. En verdad que pocos días en Valladolid hace calor, pero algo en mi interior me hacía recordar las semanas santas en Andalucía, pues de niña las pase allí, y siempre en Semana Santa hacía calor, pero en Valladolid, o en Palencia ni en el verano se libra nadie de pasar algún día frio.

Me viene al recuerdo un concierto de un grupo de música conocido “Los Mojinos Escozíos” que actuaron en un pueblo entre Valladolid y Palencia que a pesar de ser el mes de agosto, se estaba con jersey y abrigo, pues hacia frio. El grupo no creo que vuelva a ir por un tiempo, pues al final se tuvo que echar una capa, pues hacia bastante frio en el mes de agosto. Incluso lo dijo el músico: “Que frio hace”

Bueno un día me sorprendió Lucia con la idea de marchar a Madrid, después de terminar mi turno, pasar la noche en Madrid, y al día siguiente regresar de nuevo. Había hablado con una amiga suya, que tenía un piso en Chueca, y que no habría nadie y por tanto nos lo dejaba, que nos fuéramos de fiesta un día, para conocer la fiesta de Madrid.

Me pareció bien, nunca había ido de fiesta a Madrid, en fin, no lo pensé dos veces, además lo único de Chueca que sabía era un barrio de Madrid que hay muchos gay y están todo el día de fiesta. Salí del trabajo, tomamos el tren, y cuando quise darme cuenta ya habíamos llegado a Madrid. Fuimos a la casa de su amiga, nos arreglamos cenamos y salimos. Todo paso muy rápido.

Fuimos en busca del bar que conocía Lucia, que estaba muy bien según ella. Pero costo encontrarlo. Uf cuando por fin entramos en ese “garito” no podía imaginarme que existiera algo así. Había gente por todo sitio, mujeres besándose, hombres besándose en el bar, me vi fuera de lugar, pues no estaba acostumbrado a eso. Pero allí estábamos, al poco de entrar se nos acercan dos chicos, muy bien puestos los dos. Comenzaron hablar, en principio pensé en decirles que no, pues ese día estaba con Lucia en Madrid, y era la fiesta para nosotras. Lucia me dijo que les siguiéramos la corriente, no muy convencida, hice caso.

Cuando de repente uno de los chicos que estaba hablando me besa la oreja, para después agarrarme el trasero, fui a decirle que se equivocaba. Cuando veo a Lucia que se está besando con el otro chico, descuadrándome todo por completo, sentí celos de ver como Lucia se estaba besando sin decirme nada. Así que hable con ella, para saber que le pasaba, que si se había vuelto loca. Me dijo:

- Me ha besado y me he dejado llevar, no sabiendo que le había pasado.

Le dije:

- A mí me había besado la oreja y tocado mi trasero.

Lucia respondió:

- Y si nos dejamos llevar por el ambiente, que tal si lo hacemos los cuatros. Es posible que quieran.
- No me parece bien, vinimos para estar las dos. –le dije-

En verdad no habíamos hablado nada, pero tampoco me hacía mucha gracia, estar con Lucia, e irnos un día a Madrid, y besarnos con el primer chico que aparecía. Lucia me decía que a ella tampoco le parecía nada bien que siguiera estado con Luis y con ella. Pensaba que Luis solo sería un par de semanas a lo sumo, y que estaba bastantes meses con él.

Terminando Lucia, sin dejarme de hablar, bien, pero hoy le hiciera caso a ella, como antes ella hizo caso a mis deseos, que solo por esta noche nos hiciéramos llevar por la fiesta y la pasáramos con estos chicos, que después se terminaba toda relación con hombres. De mala gana acepte. Pidiéndome Lucia solo una cosa, que pasáramos la noche las dos juntas, con estos dos chicos, en fin que la pasáramos los 4, pero que nosotras dos no nos separáramos esta noche. Así que decidí perderme en los brazos de este nuevo chico, solo por darle el último gusto a Lucia.

Así fue transcurriendo la noche, entre copas, unas veces me besaba con el chico este, otras besaba a Lucia. Sin darme cuenta llegue a besar al otro chico, pues iba bastante bebida, en otro despiste termine en sus brazos, hasta que me dije este no es Jon, sino Charles. La cara que tenía Lucia y Jon, al vernos, pero uf como estaba de bebida.

Al final Lucia iba tan serena, llegamos a piso, Lucia me había advertido de pasar los cuatro juntos esa noche, y lo acepte. Allí en el piso nos da la noticia Lucia que no podía hacer nada, pues le acababa de venir la regla. Pronto me acorde que era imposible pues no hacia ni 15 días la había tenido, pero en fin, no era momento. Sin darme cuenta estábamos haciendo el amor los tres Jon, Charles y yo. Lucia estaba como de animadora, grabando.

Viniéndome a la cabeza que era mi último deseo, que había pedido años atrás, y que no me había dado cuenta pero lo estaba cumpliendo. Así que deje de comerme la cabeza, como lo había estado haciendo toda la noche y me entregue a los placeres. Charles tenía un pene grande, y lo estuve acariciando, Lucia se animó también a la fiesta y comenzó a tragarse las “pollas” tanto de Jon como de Charles, animando hacerlo también, pero como que no estaba mucho por hacerle caso. Jon comenzó a irme penetrando con su dedo por el ano, pero le pedí que no siguiera, que prefiriera que me penetrara primero uno, y después otro. Le faltó tiempo a Chales para ser el primero en penétrame, le siguió Jon. Al rato dejo pasó a Charles, para que continuara, que locura. Que embistes me daba Charles. Así uno tras otro. Hasta que finalmente Charles llego y nos bañó a Lucia y a mí, continuando solo Jon.

No conseguía llegar Jon, me tenía al borde de la extenuación, no podía más, y allí seguía Jon con su particular baile. Fue excitante finalmente Jon llego e hizo igual que Charles salvo que Lucia quería probarlo. Charles pronto volvió a estar dispuesto, y continuo penetrándome, la verdad que no podía, pero seguía con sus embistes. Haciendo la misma operación. Al final me quede dormida de cansancio.

Al despertarme ya no estaban los chicos, solo Lucia, la cual me dijo, luego vemos el video de tu fiesta de anoche, lo grave todo. Continuando a partir de ahora solo para mí, cumpliste todos tus deseos. Ahora cumple el mío, terminar con Luis, y estar conmigo. Aceptándolo por mí parte.

Cuando llegue a Valladolid, quede con Luis, y terminamos, sin ninguna pompa y rápido. Con los años supe que los chicos de Chueca habían sido contratados antes por la amiga de Lucia. Lucia y yo, seguimos aún en pareja. Aún no ha sonado el despertador biológico a ninguna de las dos. Pero lo tenemos claro, cuando suene, que vamos hacer.

FIN.

LA TÍA.

LA TÍA.


Hoy era un día como otro más en la rutina que me estaba dando esta vida, mis sueños de prosperar veía como se iban alejando para parecer imposibles. Los sueños de mi infancia veían como se alejaban, y me sentía que cada día me tenía que ir adaptando a la realidad que me había tocado en mi vida.

Llevaba ya dos meses en el hotel de mi tía, mi mama, me había enviado allí, por indicación de mi tía, y bueno también por los intereses y la realidad. Mi mamá se había vuelto a casar, el hombre con el cual estaba, más bien iba tras de mí, decía que le diera besitos pues era su papa, “puñetero hijo de p....” lo que tenía ganas era de darte un buen rodillazo en la bolas, a ver si hacían carambola con ellas. Pues lo que más bien hacia era intentar manosearme. En fin ante tal situación mi tía le solicitó a mi mama que la apoyar en el hotel, pues tenía uno en la ciudad y podría estudiar en la universidad los fines de semana. La verdad que estudiar y trabajar son cosas incompatibles, pero menos es nada. Antes de marchar mi mama me dijo:

– Haz caso en todo tú tía,
– Claro – le respondí. Pero me agarro del brazo, repitiéndome.
– Que le hagas caso en todo, que no quiero verte el día de mañana como estoy yo, si le haces caso en todo te ira todo mejor en la vida. ¡Has entendido! – Esto me dejo algo perpleja.
– Claro que le tengo que hacer caso en todo, me mandas a trabajar con ella.
– Vas a trabajar y a forjarte un mejor futuro del yo que te pueda dar.

Así que le dije sin entender nada un “si mamá”

Al poco de llegar mí tía me indico que podía hacer lo que quisiera en la vida, que podía seguir sus consejos y me iría mejor, que de todas formas viera las opciones que tenía en la vida para ser algo más, en función de la realidad de mi vida. Que seguro iba a encontrar a un muerto de hambre que me iba a prometer de todo en la vida hasta que la metiera, y una vez metida se olvidaba de lo prometido.

Indicándome puedes trabajar en el hotel, haciendo camas, arreglando los cuartos, después la comida, y después de estar todo el día trabajando estudiar para fórjame un futuro mejor, y al final casarte con un hombre, que poco cambiara tú vida.

La otra opción que me comento era agarrar a un hombre con un buen puesto de trabajo, abrirme de patitas con él, y no soltarlo. Así podría tener un mejor futuro. Pues al final seguro me iba abrir de piernas con cualquier otro y podría ser peor. Que si seguía sus consejos, me podría ir bien en la vida, que al final todos los hombres son parecidos, van en función de su nivel cultural, no de su economía.

Igualmente si seguía sus indicaciones me iría bien en la vida. Que eso del amor, o como me dijo del calentón prematuro, no era bueno solo algo pasajero.

Me indico, ves a un chico, tienes un calentón y piensas me he enamorado de él, sin conocerlo, cuando comienzas a conocerlo es cuando estas a punto de tener un hijo, pues has estado cegada, ni lo conoces y al saber quién es, cuando realmente lo conoces pues muchas veces ya es demasiado tarde, y ya tu futuro está marcado. Otras veces puedes guiarte por los intereses, conocerlo, después con el tiempo te enamoras, pero tu futuro es más perfecto que de la otra forma. Pero de ti depende, de usar la cabeza para tu futuro o guiarte por tu instinto, que muchas veces te equivocaras.

Sus explicaciones me dejaban más confusa, pero con el trabajo diario no tenía tiempo en pensar en nada, y menos querer ver mi triste realidad.

Un día al ir a desayunar me indico mi tía, que en un par de días llegaría un ingeniero que tiene un buen puesto de trabajo, es divorciado y algo mayor para ti, pero seguro que es un buen partido, fíjate en él, estará solo una noche y en la mañana marcha, salvo que pensemos un buen plan para que se quede unos días más. Ya estuvo al principio de venir tú, pero no se fijó en ti. Tenemos que idear un buen plan, para que lo agarres y no lo dejes escapar, y tu futuro estará asegurado.

La verdad que no sé qué plan podría idear para retenerlo. Por otro lado las explicaciones de mi tía que tampoco se explicaba mucho no sabían qué hacer para agarrarlo.

A media mañana llego mi tía al cuarto donde está arreglando, y me dijo.

– Sabes cómo llegue a tener este Hotel y todas las pertenencias.

Me dije para mí misma la historia que me va a contar, que sería trabajando, trabajando, ahorrado y vuelta trabajando. Pero no se ando con rodeos y rápido fue al grano.

– Conocí a tu tío, y no le deje escapar, me acosté, le hice pensar que era maravilloso en la cama, que me hacía gozar como ningún hombre lo podía hacer. Seguimos haciendo el amor, hasta que lo dejaba sin fuerzas. Le hice ver que solo tenía ojos para él, lo dejaba tan satisfecho que no tenía fuerzas para estar con otra mujer. Todos los días estaba bien alimentado en temas de sexo, de tal manera que jamás fue a comer a otro sitio, así nunca tuve problemas que ninguna mujer se acercara. Tu tío tenía este hotel, y más posesiones, que fueron de los dos, jamás tuve necesidades de nada, y eso mismo quiero hacer contigo – Sin mediar más palabras, me indico:
– Cuando termines de arreglar el cuarto bajas a mi gabinete que estaré esperándote.

Nada más terminar baje, esperando que me diera el sermón, para cazar al ingeniero viejo que venía. Al llegar, mi tía estaba sentada en su escritorio y aparto todos los papeles que tenía sobre la mesa, indicándome que pasara y cerrara la puerta con el seguro, que no quería que nadie nos molestara. Así que cerré el seguro. Nada más cerrar me indico.

– Ve desvistiéndote, sin prisas pero sin pausa.

Me quede parada pues no acababa de entender lo que me había pedido mi tía, desnudarme para que, me preguntaba. Sin esperar a más, me volvió a indicar mi tía.

– Que parte no has entendido, te he pedido que te desnudes, lo entiendes, o hay que hacerte un plano con la explicación.

Así que estaba totalmente aturdida, y comencé a desnudarme delante de mi tía me sentí con bastante vergüenza, por dichas indicaciones, que sumado a la vergüenza de estar desnudándome, viniéndome a la cabeza que pretendía hacer mi tía teniéndome desnuda. Comencé a quitarme la ropa, sin prisas pero sin pausa como dijo mi tía. Cuando estaba a medio desvestirme, indico mi tía.

– Como me imaginaba, necesitamos ir hoy a comprarte ropa que realce el cuerpo que ocultas.

Parándome de desvestirme. Volviéndome a indicar mi tía.

– Quien ha dicho que pares, quiero verte desnuda completamente, para saber que hay que mejorar en ti –  Así que continué hasta que me quede completamente desnuda, en eso que mi tía se levanta de su escritorio y empieza a dar vueltas alrededor de mí obsérvame detenidamente.
– Tienes un cuerpo muy bonito. – Sin esperarme, me dio una cachetada en las nalgas.
– El trasero bien duro, redondeado, respingón. Las piernas son rectas y bien contorneadas. Has de cuidarte ese vientre, ha de estar con menos grasas, será fácil reducirlo en unos meses, no se dará cuenta al principio – Estuvo un rato en silencio para continuar.
– Las caderas ni muy anchas ni muy estrechas, me recuerdas cuando tenía tu edad. – me toco los pechos y añadió.
– Son grandes y duros, están todavía erectos, me gustan y no los tienes desviados uno mirando hacia la Meca y el otro hacia Medina, son ambos prácticamente iguales, tu aurora no es grande está bien marcada y pequeña. –Pausándose un rato, para indicarme– Tus pezones me gustan parecen duros y sobresalen en su justa medida, esto no lo has heredado de tu tía.
– Por último hoy será el último día que tendrás vello en el pubis, deberás acostúmbrate a cuidarte más tu cuerpo y estar sin nada de vello.
– Tienes el mismo cuerpo que el mío cuando tenía tu edad, aunque no has heredado el mismo gusto por elegir la ropa que mejor te queda, pero eso tiene fácil solución, puedes vestirte, y has de admírate más tu cuerpo cuando te desnudes, eso te vendrá siempre bien.
– Cuando este el ingeniero no te pondrás tu ropa, iremos en la tarde de compras.

Finalmente me indico que me fuera vistiendo. Al terminar de vestirme, dijo que salíamos de comprar y a transfórmame que tenía un cuerpo como el suyo cuando tenía mi edad, se notaba que éramos familia.

Fuimos a comer a un buen restaurante, durante la comida me pregunto:

– Has tenido relaciones con algún hombre antes.
  No –  Le respondí, mirándome fijamente
– No has hecho nada de nada, no has tenido algo de intimidad con algún chico del pueblo.
– Bueno si, pero no habíamos hecho nada. Solo me beso y nos acariciamos.
– Pues, bórralo de tu mente, y no has hecho absolutamente nada.
– Estoy ideando un plan, y que pronto dejaras de ser virgen si salía todo bien, y sobre todo jamás digas que has estado con otro hombre antes, recuerda que incluso no has besado a ningún hombre.

Después de comer fuimos a casa de una amiga, nada más llegar fuimos a un reservado que tenía la amiga de mi tía, y allí me volvió a indicar que me desnudara de nuevo, nada más terminar indico mi tía.

 – Ves que cuerpo que tiene con la ropa que lleva puesta parece que tiene otro cuerpo, nadie puede pensar lo maravilloso que hay tras estos trapos andrajosos,

Rápido comento mi tía hay que quitarle los vellos que le sobran. Me hicieron una depilación completa de mi vello púbico, y de todo vello que tenía por mi cuerpo. Había oído que eso de la depilación hacia un daño tremendo, pero para nada, me pasaron una crema, y al rato una espátula de plástico, y fin de los vellos. Terminado y siguiendo totalmente desnuda la amiga saco una caja de un cajón, y me la entrego. Era para que me lo pusiera, la abrí, y era un tanga minúsculo, sin pensarlo lo puse. No sea que mi queridísima tía me soltara delante de la amiga, alguna frase, que me hiciera sentir aún más sonsa de lo que era.

Hablando la amiga de mi tía.

– Póntelo y admírate en el espejo.

La verdad que me hacia una figura muy bonita, solo con el tanga de encaje rojo que me había puesto, era la primera vez que me ponía una prenda así, y solo vestida con esa prenda me miraba al espejo y me parecía que era otra, había empezado a cambiar.

Hablo mi tía con su amiga para que nos acompañara para comprar ropa adecuada, que la ropa interior que tenía la iba a quemar esta misma noche, riéndose ambas.

Estuvimos toda la tarde comprando ropa, entre las dos viejachas me estuvieron eligiendo la ropa que era la más adecuada, la verdad que me hacía sentir bien toda la ropa que estaba comprando mi tía y su amiga. Terminamos de las compras, y me dijo mi tía, espero que hayas tomado nota de que ropa has de comprar, pero seguiremos dándote las indicaciones necesarias.

Al llegar a casa, lo primero que me dijo mi tía es que toda la ropa interior que tuviera la podía quemar, no sea que la eches a la basura y alguien la vuelva a utilizar, pues lo único que hacían era deslucir. Fui viendo toda la ropa que me habían comprado, me la fui poniendo, como me indico mi tía. Me miraba en el espejo y no parecía la misma, parecía otra. Me indico que esa ropa solo era para ponerme delante del ingeniero, que su plan saldría todo bien.

Uf que día había tenido me había desnudado más veces que en toda mi vida, me fui quitando toda la ropa, y me quede desnuda frente al espejo, nunca antes me había parado para admirarme la verdad que me gustaba a mí misma, el cuerpo que tenía frente a mí, podría estar tan deseada para ese hombre que cambiaría mi vida.

Al día siguiente me comento mi tía el plan que tenía dispuesta, para ello no debía de haber nadie en el hotel, y para eso ella ya dispuso todo. Me indico que cuando llegara el ingeniero hablaría con él, y después diría que marchaba al entierro de un familiar nuestro, así nos quedaríamos los dos solos en el hotel, y le pediría que no marchara hasta que ella viniera, para no dejarme sola en el Hotel, y sobre todo debería de tener miedo para que pasara la noche con él, que dijera que veía al tío que se había muerto, incluso no tuviera reparos en pedirle que pasara la noche conmigo, para no tener miedo. Que me pusiera la ropa que me indicara, y no tuviera problemas en dejar el hotel cerrado hasta que ella llegara, de igual modo pasar todo el día con él. Por último las sábanas que sean blancas, que al ser tu piel morena hacen buen contrate con tu cuerpo desnudo en la cama, y ya debería de tener puesta la ropa que compramos, me indico.

Como indico mi tía en la tarde llego el ingeniero, nada más llegar me lo presento mi tía, le dijo que entrara a su despacho, mi curiosidad fue grande y quise oírlo así que me puse tras la puerta a escuchar la conversación.

Mi tía le indico que si podía quedarse unos días en el hotel, pues le habían llamado que se había muerto el esposo de su hermana y debía de ir al entierro, que era en otra ciudad y temía dejarme sola en el hotel, pues era una chica muy inocente, hasta el extremo que no había estado antes con ningún hombre. El ingeniero le respondió que tenía cosas pendientes de hacer en su casa, pero que se quedaría allí. Mi tía le indico que no había ningún huésped en el hotel, para no causar molestias al no estar ella.

Al ver que habían terminado la conversación me retire rápido. Para que no se dieran cuenta, enseguida me hizo llamar mi tía, para indicarme que el Ingeniero Juan que así se llamaba se iba a quedar acompañándome hasta que ella regresara del entierro del tío, al presentármelo fui a darle la mano, y mi tía rápido, dijo ves así jamás tendrás un esposo si le das la mano, salúdalo con un beso en la mejilla al Ingeniero Juan.

Rápido marcho, mi tía diciéndome que ya le contara como había salido todo, y dándome las últimas indicaciones que le preparara el cuarto que había en el piso de abajo, al lado de donde teníamos la vivienda, y preparara de comida lo que me indicara el ingeniero. Así que nos quedamos los dos solos en el Hotel, el ingeniero marcho a su cuarto, sin antes haberme mirado bien de arriba abajo, y parándose un tiempo en el escote que lucía, quedándome abajo sin saber bien como saldría todo. Pronto fui al cuarto de ingeniero para decirle que prefería que hiciera de cena esta noche, diciéndome que lo que prefiriera yo, le dije que si quería acompañarme para no estar los dos solos aceptando en acompañarme a la zona donde teníamos la vivienda.

Allí se puso a ver la televisión, y me pregunto sobre mi tío el que se había muerto, le dije que tenía mucho miedo de él, pues de pequeña le fastidiaba mucho, y tenía miedo de quedarme sola por si se presentaba y me daba miedo pensarlo. Indicándome que me acompañaría para no dejarme sola.

Estuvimos hablando de cosas intranscendentales, hasta que fui al baño, nada más llegar grite, y el ingeniero acudió, y le abrace diciéndole que había visto a mi tío el que estaba muerto, que no se alejara mucho del baño, a ver si venia de nuevo.

Al regresar de nuevo al cuarto donde estaba el televisor, le pedí que esta noche no se alejara de mí, que seguro volvería de nuevo el tío que se había muerto para jalarme de los pelos. Me dijo que pasaría toda la noche a mi lado. Le indique que nos podíamos sentar en el sofá y con unas mantas taparnos, del frio de la noche aceptándolo moviendo la cabeza. Así que estábamos los dos arropados, di un tiritón de frio y pronto me abrazo, las indicaciones dadas por mi tía salían como ella había indicado. Le di las gracias por abrazarme pues me hacía sentirme muy bien.

Comencé a contar la historia que me había dicho mi tía, que me había trasladado allí para poder estudiar en la universidad que era mi sueño, pero que me faltaba tiempo para hacerlo. El me pregunto que si tenía novio, y le dije que no tenía ni había tenido. Pronto recordé otra indicación de mi tía que me quitara algo de ropa, con el pretexto de estar más cómoda, así que me quite algo de ropa, y el sujetador igual me lo quite, y lo abrace de nuevo, diciéndole que me encantaba que me abrazaran, y volví hacer lo que me dijo mi tía que lo mirara a los ojos y pensará que me besaba, no estuve así mucho rato, cuando sentí que se acercaba a mí, y comenzaba a besarme. Pensé para mí, acerté de pleno. Siguió besándome, y de igual modo le correspondía. Se separó y me dijo que si quería irme con él para que estudiara en la universidad, le dije que tendría que pedírselo a mi tía pero que si estaba dispuesta. Volviéndome a besar, note como su mano se deslizaba sobre mi cuerpo, para agarrar con firmeza mis nalgas, me decía para mí, hasta aquí ha acertado en todo mi tía, espero que no se equivoque en nada. Hice lo que me había indicado mi tía, corresponderle en todo. Pronto note su mano que subía hacia mis senos, y allí comenzó acariciarlo, era el momento de sentir su miembro sobre mis partes íntimas, así que me arrime a él. Le dije que esta era mi primera vez, como había dicho mi tía. Diciéndome que no me preocupara, note como me iba quitando la poca ropa que me quedaba para quedarme completamente desnuda, comenzó a besarme mis pechos, y no podía soportar más gozo, y así lo transmití, como dijo mi tía. No tarde en sentir su miembro como intentaba penétrame. A lo que me separe y le dije que no quería que esto fuera una aventura más para él.

Diciéndome que no era una aventura que llevaba mucho tiempo sin tener una pareja y que estaba enamorado de mí (pensando la indicación de mi tía que lo que tenía era un calentón, de mí dependía que siguiera estando caliente) que quería estar toda la vida a mi lado. Así que lo bese de nuevo, comenzando a sentir como se iba introduciendo dentro de mí, la note que me había penetrado hasta el fondo, la verdad que estaba muy húmeda, me había hecho sentir mucho placer mientras me acariciaba, así que me dije que continuara y le hiciera sentir que él era la persona más maravillosa. Siguió su vaivén y de igual manera le hacía saber el placer que me hacía sentir. No sabía bien que hacer, pero tenía que hacerle sentir que él era especial. Lo estuve acariciando, y besando, hasta que finalmente paro, me dije y ya acabo. Así que lo abrace y le dije que me gustaría volverlo hacer más veces con él, que no quería que esto fuera una aventura suya, que como se enterara mi tía me colgaba.

Una de las indicaciones que me dijo mi tía fuera que tomáramos un café bien cargado para que no pudiéramos dormir en toda la noche. Así que después de hacerlo le  dije que si nos íbamos a mi cama para descansar mejor.

Al poco de llegar note que tenía su miembro erecto de nuevo, no espere a mas, y comencé a satisfacerlo estaba mi futuro en juego. No sabía cómo hacerlo bien pero comenzamos a besarnos, el acariciaba mis senos, y eso me encantaba, le pregunte si les gustaba acariciarlo, y me dijo que jamás había acariciado unos pechos tan grandes, y a la vez tan firmes como los míos, pues aun cuando estaba tumbada sobresalían de los erectos que estaban, le dije que era el primer hombre que me los acariciaba, y eso creo que lo excito más. Comenzó a besármelos y eso me hizo ponerme más mojada, tenía ganas que me volviera a penetrar sentir su miembro dentro de mí, pero se retrasó, hasta que fui yo en busca de su miembro, fue cuando lo volvió a introducir, estuvo tiempo encima mío, hasta que decidió que fuera yo la que me pusiera encima suyo, y hay no pare de balancearme sobre su miembro, me tenía bien agarrada por mi cintura, mientras jugaba con su lengua en mi pezones. Sentí varios orgasmos, pero no paraba de balancearme, hasta que me di cuenta que su miembro dejo de estar erecto. Hubiera estado así toda la noche hasta quedarme exhausta. Después de separarnos, seguimos abrazados. Mi gran preocupación era que después que se marchara no volviera. Se quedó dormido durante un tiempo.

A media noche sentí como volvía acariciarme mis senos, así que me dije volveremos a disfrutar de nuevo, para que quiera volver de nuevo. Pronto introdujo su miembro en mí, y rápido me puse a jalear de placer, quería que no terminara, volviendo a centrarse sobre mis pechos, no pensé que le gustara tanto acariciármelo. Estaba como una posesa moviéndome sobre él y con su miembro en mi interior. Hasta que note que dejo de estar erecto, parándome.

Sin prácticamente aliento me dijo Juan que si tomaba algo para no embarazarme, le dije ingenuamente que nunca había tomado nada. Aunque ya mi tía me tenía preparada, me indico que la semana después a la menstruación era difícil quedarme embarazada, y la semana de antes también, el problema era la semana del medio. Así que echamos cuentas, y cuando llegaba el ingeniero me faltaría unos días para la menstruación. Pero no se lo indique para nada al ingeniero.

Con los primeros rayos del sol me desperté, estaba allí en mi cuarto con el Ingeniero Juan, que era director de una empresa constructora, todo había salido como lo planeado por mi tía, y esperaba que todo siguiera de igual manera. Era mayor mas bien podía ser mi papa, pero lo importante como decía mi tía es tu bienestar en el futuro, todo lo demás viene después, y el roce hace el cariño, de que te vale estar enamorada de un vago que ni trabaja ni nada, seguro que aparecen los problemas después, y el amor sale por la ventana.

Le bese en los labios y se despertó el ingeniero, yo puse mi sonrisa, y él me abrazo, pidiéndome que fuera siempre suya, le dije que sería siempre suya si él lo quería, que no me gustaría estar con unos y con otros, volviéndome a besar. Así que pensé que volvería hacerlo, estuvimos ese día en la cama hasta bien entrada la mañana.

Al levantarme fui a ducharme estando duchándome entro Juan, y se ducho conmigo, vi que su miembro no se ponía erecto, así que lo acaricie y rápido comenzó a aumentar de tamaño y ponerse duro. Me dije para mí, es momento de hacer lo que me dijo mi tía, ahora que está limpio, así que me agache y me lo introduje en mi boca, empecé a mover mi cabeza como si fuera mi vagina, pronto me agarro de la cabeza, y me la hacía mover, no podía introducírmela más, pero eso me dijo mi tía que a los hombres les gustaba, cuando de repente me aparto sin saber porque, y fue cuando lo vi que empezaba a brotar de su miembro un líquido blanco de forma espaciada. Feliz lo vi, y me levante volviéndolo a besar y a fusionar mis pechos con él.

Después del baño me vestí, con la ropa que me indico mi tía, aunque poco tiempo estuve vestida, pronto me llevo de nuevo a la cama a seguir gozando ambos. Al poco de terminar agarre de nuevo su miembro pero este no se ponía ya erecto, le dije que quería seguir haciéndolo, que no se ponía erecto, y me hizo que me lo introdujera en mi boca, hasta que conseguí que se pusiera de nuevo dura, seguí con su miembro en la boca, pero esta vez lo sujetaba con mi mano para que no me lo introdujera de mas, mientras él me acariciaba mis pechos. Me decía que si me gustaba, pero no respondía nada seguía moviendo mi cabeza hasta que al final note como se llenaba mi boca de un jugo blanco, entendí que había llegado, y se quedó de nuevo dormido. Tardo en volverse a poner erecto. Pero allí estábamos los dos acostados, hasta que sonó el teléfono era mi tía para saber cómo iba todo, le dije que todo estaba bien, me pregunto si me había acostado con él, y le dije que sí, y volvió a preguntarme, si habíamos hecho el amor, y le dije que sí, y bien contenta se puso, diciéndome que le pasara al ingeniero, a este le pregunto qué tal lo estaba atendiendo y le dijo que mejor imposible alegrándose mi tía. Este le pregunto que cuando volvía y mi tía le respondió que intentaría regresar en la noche, pues le estaba causando muchos trastornos, y el ingeniero le dijo que no tuviera prisa, pues él estaba bien allí, y que no se apresurara en regresar, que se quedara el tiempo que fuera necesario, que no tenía prisa por regresar a su ciudad. Así que mi tía se quedó satisfecha, indicando que llegaría en la mañana del día siguiente, a la mañana me llamo para decirme que le faltaba una hora para llegar.

Así que teníamos que hacerlo en esa hora que le faltaba por llegar a mi tía, y rápido nos duchamos, aunque mi tía demoro más tiempo. Al llegar mi tía le pidió el ingeniero que quería que yo me fuera con él, y mi tía le pregunto para que quería que yo me fuera, respondiéndole que para que hiciera las tareas del hogar, a lo que le respondió mi tía que yo debería de quedarme allí, pues estaba también estudiando, y había ido para estudiar, y no estaba bien que ahora se fuera a trabajar a otro sitio, quedándose el ingeniero sin argumentos, marchándose. Me quede perpleja pues no me esperaba la respuesta del ingeniero, y menos la de mi tía. Así que cuando me quede a solas con mi tía, antes que pudiera decirle nada, me dijo que me estaría llamando por teléfono, y que volvería de nuevo antes de 5 días, y seguro quería invitarte a pasear, a cenar y estará varios días aquí, cuando tenga días libres los pasara aquí, y no hay problemas en ir a su dormitorio y pasarlo juntos. Vera que antes de 6 meses estas, felizmente casada.

Saliendo todo como mi tía planeo.
 
Fin.

 

LA POZA TERMAL


LA POZA TERMAL


Era un día cualquiera, en el cual después de visitar las pertenecías de Isabel, por el interior del País, se dirigían hacia su lugar de residencia en la costa, pensaron comer más adelante en un balneario de aguas termales. Isabel estaba algo estresada pues se habían retrasado bastante tiempo en las diferentes visitas, además que era la primera vez que viajaba Isabel solo con su secretario Adolfo. Pues siempre habían hecho ese trayecto con su chofer y Adolfo, pero en esta ocasión no pudo. Poco antes de llegar al balneario dieron con los bajos del vehículo contra el suelo, y aunque no iban a mucha velocidad, pero el motor se dañó por una piedra, y fueron perdiendo el aceite del vehículo hasta su llegada al balneario, no percatándose en ningún momento de tal suceso.

A su llegada Isabel y Adolfo, vieron que eran prácticamente los únicos en el restaurante, salvo dos personas más que estaban sentadas solas, y una pareja lo más peculiar. Él era una persona muy gruesa, como de unos 60 años, algo afeminado y de rasgos europeos, y en frente de él, la que parecía su esposa, una mujer esbelta con unos rasgos indios muy marcados en su cara de unos 30 años, con ropa occidental y de diseño, que se afanaba en atenderle, y darle todo lo que necesitaba. Le sirvieron la comida a Isabel y Adolfo, pidiendo Isabel un vino, para acompañar los alimentos, a lo que Adolfo no pudo acompañar en dicho vino, pues después deberían de continuar el viaje. Al terminar, quiso Isabel continuar rápido su regreso, a pesar que les ofrecieron los servicios del balneario, antes de llegar al coche, se dieron cuenta que bajo este había una gran mancha de aceite negro, que provenía del motor, estando el vehículo totalmente fuera de servicio, y necesitando una reparación, que en esos lugares se iba a demorar bastante. Se pusieron en contacto con un mecánico para que efectuara la reparación, pero este hasta el día siguiente no podía llegar, con lo cual no había otra opción que quedarse en el balneario al menos un día, hasta la llegada del mecánico.

Isabel con el enfado que tenía a consecuencia del contratiempo decidió reservar las habitaciones en el balneario, e irse a descansar, estaba siendo un viaje nefasto. Adolfo por su parte decidió ir la zona de baño del balneario, al llegar allí, pudo encontrar que se estaba bañándose sola la mujer que acompañaba al gay de 60 años. Se quedó muy sorprendido Adolfo al ver a dicha mujer bañándose, pues aunque antes la había visto, y se podía adivinar la figura esbelta que podía tener, al verla en traje de baño aún deslumbrada más, tenía un cuerpo escultural, unos senos redondos, perfectos, unas piernas interminables, unas caderas de infarto, una figura deslumbrante, su cabello largo, negro y brillante que tenía en el restaurante, aparecía ahora cubierto por un gorro de baño.

- Se decide a entrar -dijo la mujer- el agua esta perfecta.

- Si, -respondió Adolfo-

Una vez los dos en el agua se entrecruzaron miradas, que consiguieron poner nervioso a Adolfo, finalmente se presentaron.

- Cuál es su nombre –dijo Adolfo

- María, y su nombre es.

- Adolfo

Dándose el típico beso en la mejilla.

- Y su esposa no se decide acompañarle en el baño

- No es mi esposa –respondió Adolfo- Estoy soltero. Ella es Isabel, mi socia y también mi jefa en otros asuntos.

Adolfo no se le podía evitar mirar los pechos de aquella mujer, pues se le veía que a pesar de los 30 años que tenía, los tenia erectos, duros, y muy bien formados, además que se le marcaban sus pezones atreves del bikini, unos pezones grandes, gruesos, mostrado una perfecta alineación de sus pechos.

Pues al darle el beso María sus pechos habían contactado con él, y eso le había causado una agradable sensación. Pues aunque había sido de una forma muy sutil, parecía que había sido con intención.

María se dio cuenta desde el principio a donde se dirigían los ojos de Adolfo, sin importarle lo mas mínimo, además que ella lo veía normal que los hombres dirigieran sus miradas hacia sus pechos, pues no todos los días se podían entrever unos pechos tan perfectos como parecían que se ocultaban tras el bikini.

- Y su esposo, no la acompaña, -dijo Adolfo-

Pues no había duda ella llevaba el anillo de estar casada, un anillo grande, hecho a mano, de oro viejo.

- En el dormitorio, descansando –Respondió María- El viaje le ha resultado muy cansado. Además que tampoco le gusta bañase en las piscinas.

María se alejó un poco nadando sin darle la espalda y con una sonrisa, volviendo de nuevo al rato.

- Es una historia muy larga, - le dijo María- si es mi esposo, pero como si no lo fuera.

María jamás hablaba de ese tema de su vida privada, pero la mirada de Adolfo le inspiraba mucha confianza, eran unos ojos grandes los de Adolfo, y a ella le encanto, su mirada le transmitía tal confianza, que podría contarle todo, que llevaba ocultando muchos años, que ella siempre había negado a todos, pero Adolfo era diferente no le podía ocultar nada. María lo volvió a mirar sin decir nada, pues disfrutaba mirándole, era tan intensas sus miradas entre ellos que se presagiaba un beso intenso y con pasión. Volviéndose a retirar María nadando de espalda, sin dejar de mirarlo, Adolfo la siguió de cerca.

- Perdone, -Adolfo le dijo- pero me pareció algo extraña la pareja que hacían ustedes, perdone mi intromisión.
 
- Guárdeme el secreto, pues es la primera persona que le digo esto, pero es usted un desconocido para mí. Pero no sé porque me inspira tal confianza, que no puedo evitarlo decírselo.
 
Adolfo le transmitía en su mirada tal confianza, que no podía ocultarle nada, era como si el mayor secreto que tuviera en lo más profundo, le oprimiera de tal forma que necesitaba que saliera para confiárselo con él, pues él la comprendería y lo ocultaría con ella.
 
- Mi esposo es gay, incluso tiene a otro hombre de pareja, y son pareja desde los 15 años.
 
Despertando aún más la curiosidad de Adolfo, pues no le coincidía nada todo eso. Como podía estar casada con un gay, y además que su esposo tenía una pareja desde los 15 años.
 
Sonriéndole de nuevo María, mirándole a los ojos que no podía resistirse a dicho encanto.
 
- Ves Adolfo cómo es una larga historia. Empecé a salir con él, todo el mundo hablaba referente de su homosexualidad, además que era el único heredero de unos grandes almacenes, que gracias a su homosexualidad había conseguido darle un giro al negocio, consiguiendo un aumento grande en las ventas, que él se sentía bien siendo gay, incluso los resultados económicos, también le daba la razón, pero que su familia no lo aceptaba, así para acallar rumores sobre su homosexualidad comenzaron a salir, pues él me dijo toda la verdad.

Continuaba María hablando sin dejar de mirar los ojos de Adolfo, y él hacía lo mismo.

- Estaba de acuerdo con su forma de ser, y le agradecí su sinceridad desde el primer momento. Un día me pidió matrimonio pues estábamos muy a gusto ambos Pero que sería un matrimonio de conveniencia, pero solo lo sabíamos los tres, ellos dos y la pareja de su esposo. Además que dicha boda, le reporto la adquisición del negocio de los grandes almacenes. Además que en la sociedad que se vivía se acallaban muchos rumores, y en consecuencia nos sentíamos todos mejor.

Quedándose callado en todo momento Adolfo, pues no podía dar crédito a lo que estaba oyendo. María le dijo

- Perdone por haberle contado todo, que jamás le había contado eso a nadie, pero que no sabía cómo te lo he contado.

Se pusieron ambos a seguir nadando en la piscina de aguas termales. Adolfo quería cambiar de tema de conversación, pues pensó que seguir preguntándole podría hacerle sentir mal.

- Vienen mucho por este lugar, esta es mi primera vez que vengo, y no venía al balneario

- Vengo mucho –dijo María- Pues me trae gratos recuerdos de mi adolescencia y suelo venir cada cierto tiempo.

De vez en cuando Adolfo sentía unas ganas tremendas de besar a María, pues se cruzaban unas miradas entre ellos muy penetrantes, pero Adolfo temía que si le daba un beso sufriera un tremendo bofetón, de echo ese debía ser el motivo de seguir estando soltero, el miedo que sufría al dar ese paso cuando estaba al lado de una mujer. Además que estaba casada, por conveniencia, o por lo que se quisiera, pero estaba casada.

Finalmente entre nadar un poco, alguna caricia que le hacía María, sin la mayor importancia, pero él no sabía cómo dar ese primer paso para besarla.

Pero más miedo tenia ella en darle un beso que no podía resistirse, pues a pesar de tener 30 años, jamás había besado a nadie, salvo los besos en la mejilla, y alguno en los labios, pero en esta ocasión María tenía unas ganas locas de besar a Adolfo, con un beso profundo acariciar su lengua con la suya, y dejar pasar el tiempo. No sabía el motivo, de tal situación, pero tenía unas necesidades imperiosas de besar a aquel hombre que no llevaba hablando más de 30 minutos, sería su mirada, sería su físico, no sabía que era lo que pasaba, pero tenía unas ganas irremediables de abrazarse a Adolfo, y besarlo con un beso eterno, pero de igual modo, pensaba y como se besa.

Ambos estaban deseosos de besarse, pero ninguno sabia como comenzar, y sobre todo Adolfo tenía miedo a la posible reacción de María, pues estaba casada, en fin cada vez que le venía a la imaginación algo, mas confundido quedaba. Seguían ambos nadando, uno al lado del otro, sin quererse separar, mirándose.

Además que de vez en cuando podía ver los pechos de María, cubiertos por su bikini, y más deseos le entraba de besarla, pues los veía tan perfectos, con sus pezones siempre erectos, que se volvía loco.

María también era participe de ver que se le iban los ojos a sus pechos, y como rápidamente cambiaba la mirada, para que ella no se diera cuenta, pero eso le excitaba mas a ella. Verlo como inconscientemente se le desviaba la mirada, para al rato volver la mirada. María siempre que podía nadaba de espalda para provocar dicha situación y hacer que Adolfo volviera a mirar sus pechos. A ella le encantaba que Adolfo la mirara sus pechos, e intentaba que siempre estuvieran al alcance de sus ojos.

De repente y sin saber cómo, pero se encontraron uno en frente del otro mirándose detenidamente y en silencio, sintiendo Adolfo como los pechos de María estaban en contacto con él, paso sus brazos por la cintura bien marcada de María, y esta le correspondió al instante pasando de igual modo sus brazos por la cintura, sintiendo ahora más fuerte la presión de los pechos de María sobre él, y María de igual modo sintió como sus pechos le pedían estar más fuertemente unido a él, sin pensarlo él la beso, y ella le correspondió, fue un primer beso largo y profundo, de repente María se separó, y se alejó un poco.

- Adolfo perdón por mi acto.

- Disculpe María la culpa ha sido mía, perdóname, pero había sentido ganas de besarla desde el principio, pero que no sabía que le había pasado.

María lo volvió a mirar a los ojos, y se sinceró con Adolfo

- También he tenido ganas de besarte cuando te he visto, y cada vez que pasaba el tiempo a tu lado más ganas sentía de besarte.

Se volvieron a besar, con otro gran beso largo y apasionado. María sintió por primera vez, como sus pechos descansaban al estar en contacto con Adolfo, le encantaba sentir la presión sobre sus pechos, era la primera vez que sentía ganas que alguien le presionara sus pechos.
 
Sintió también al abrazarlo una nueva sensación que jamás la había sentido antes, que quería sentir presión en su vagina y fue al notar a través del traje de bajo el pene erecto de Adolfo, que estaba en contacto con su vagina, sintiendo unos deseos incontenibles de frotarse con su vagina, pero lo evito, sintiendo al poco unas ganas locas de orinar, que jamás antes lo había sentido, y menos orinarse en un baño público, pero por esta vez lo haría, no quería desperdiciar ese momento, pero después de aliviarse, noto que no había expulsado orín ella.

Recordó lo leído hace años, y reconoció que había tenido su primer orgasmo. Le había bajado poco la excitación, y su respiración se había tranquilizado un poco, su ritmo cardiaco también, pero seguía estando excitada.

Finalmente y después del alivio sentido por dichos besos, y sin dejar de estar abrazados ambos. Temió María, que podía venir alguien y verlos como unos quinceañeros allí, y que mejor sería ir a un baño privado, pues a ella no le gustaba que alguien pudiera venir y verla, pero tampoco quería separarse.

Además que estaba casada, y aunque ya había hablado desde el principio con su esposo, que no le importaba que tuviera una relación con otro hombre, él lo tenía con su novio desde la adolescencia, pero debido a los perjuicios de la sociedad estaba mal visto que él siguiera soltero, además de la herencia, y claro verla con otro hombre pues aún era peor.

Pasaron a un baño privado ambos, sintiéndose ahora los dos libres, María le confeso:

- Es la primera vez que beso así a otra persona, jamás lo había hecho.

Adolfo se quedó mudo, pues aunque él tampoco tenía tanta experiencia pero jamás pensó que podía dársele tal situación.

María necesitaba quitarse la parte superior del bikini, para que Adolfo pudiera ver sus pechos, era unas ganas tremendas que tenía, y que no quería estar pensando en hacerlo o no, ella no necesitaba, y no quiso pensar en perjuicios.

Quedándose Adolfo boquiabierto al ver los pechos de María eran perfectos, ni grandes ni pequeños, erectos, semejantes, unos pezones marrón oscuro, casi negros, una aurora, perfecta del mismo color, sin ser grande, como la de otras mujeres que había visto, unos pezones que le pedían besarlos. Unos pechos que eran los más lindos que había visto jamás, ni de otras mujeres, ni en fotos, rozaban la perfección para él.

Se abrazó a María, y la fue besando en la boca. Decidió comenzar a explorar las sensaciones que sentiría al irla besando todas las partes de ella. Comenzó a besarle la oreja, notando como se aceleraba su respiración. Continúo por su cuello, sintiendo como María comenzó a emitir gemidos de placer que no podía remediar.

Era la primera vez que María sentía tanto placer, y no podía contenerse, por eso tenía la necesidad de lanzar sus gemidos de placer, a modo de aliviar tanta placer como estaba sintiendo. Finalmente Adolfo llego a sus pechos, y fue succionado sus pezones, igual que un bebe cuando amamanta.

María no pudo resistir expulsar sus gemidos al sentir como su pezón era succionado.

María sintió unas ganas irremediables de presionar con su vagina el pene de Adolfo y de igual modo de frotar su vagina sobre el pene duro. Sintiendo un nuevo orgasmo, mucho más grande que el anterior, dejándola casi sin fuerzas, aliviado únicamente por su gemido de placer.

Adolfo le encanto sus gemidos, eran unos gemidos que jamás había oído, Miro a María, y le veía como le habían salido unas lágrimas del propio placer que estaba sintiendo.

María lo miro Adolfo presintió que le estaba pidiendo que por favor le quitara la parte inferior de su bikini, y que él hiciera lo mismo con su bañador. Separo la parte inferior del bikini de María, encontrándose su vagina, sin nada de bello, totalmente depilada, bajo suavemente a besar la vagina de María, pues le encanto encontrase con una vagina, así de limpia sin nada de bello, y la beso.

María sintió como le estaban besando por primera vez su zona más íntima, y no podía soportar tanto placer al sentir como la legua de Adolfo iba recorriendo su zona más íntima, sintió varios órganos mientras le acariciaban su clítoris, perdiendo la cuenta.

María lo aparto, pues temía perder el conocimiento ya ella le pidió que subiera, pues no podía soportar tanto placer tan seguido, pues si tuvo varios orgasmos cuando la besaba. Pero fue besar su vagina con la lengua, al llegar al clítoris estos eran continuos, y temió que alguien pudiera acercarse al oír sus gemidos de placer. Pues no podía evitarlos, igual que un vehículo necesita expulsar los humos de la combustión del motor, ella necesitaba expulsar sus gemidos de placer, a modo de aliviar tanta tensión como sufría con tanto placer.

Se encontraron de nuevo frente a frente, María con su mirada le pedía que la penetrara, que lo necesitara. Adolfo dirigió su pene para penetrar la vagina de María. María no le apartaba la mirada, comenzó a sentir en la entrada de su vagina, como llegaba ese nuevo visitante.

María estaba deseosa de ese instante, y no quería perderse de mirar Adolfo como la iba aliviar de tanta presión. La fue introduciendo poco a poco, parecía un momento interminable. A María le encantaba que fue así tan despacio, y no hizo nada por acelerarlo, sentía un placer extremo, se contenía sus gemidos, para evitar cerrar sus ojos, sentía como su vagina no paraba de manar el jugo del placer. María no podía ya contener tanto placer en su cuerpo, necesitaba expulsarlo de una inmediatamente, ya no podía contenerlo más. Finalmente expulso su gemido, momento en el término de entrar todo el pene de Adolfo, ya no pudo seguir mirando, cerrándose sus ojos, del placer que estaba sintiendo.

Adolfo veía los gestos que hacia María, para contener sus gemidos, hasta que ya le fue inevitable, María, comenzó a decir,

- Sigue así, mas… sigue, no pares, sigue, no la saques, sigue.

Sus orgasmos continuaban uno tras otro, nunca pensó que pudiera ser tan placentero tal acto. Sentía como entraba y como salía el pene de su vagina. Adolfo sintió que iba a eyacular. María lo presintió y le dijo:

- Échalo dentro, que quiero recibir el placer de este momento. Estoy encantada de recibirlo, lo quiero todo.

Adolfo al eyacular agarro a María de la cintura, María quiso unirse más a él en ese momento tan especial. Al sentir como estaba eyaculando Adolfo en su Interior, le llego su último orgasmo de placer, más intenso que los anteriores, dejándola ya sin ningún tipo de fuerza, quedando ambos abrazados, y con la sensación calidad del agua caliente del baño privado, Quedándose ambos sin fuerzas y mirándose, María sentada encima de Adolfo, y con su pene en su interior.

Transcurrió media hora ambos uno encima del otro mirándose sin decirse nada, de vez en cuando se besaban, María recorría con sus besos toda la boca de Adolfo, y le causaba un fuerte placer, como le introducía su lengua en su boca.

- Ha sido maravilloso -dijo María- aunque me encuentro casada, y aunque ya lo he hablado en infinidad de ocasiones con mi esposo, que me daba total consentimiento para tener otra relación con otra persona. No pensé que llegaría este momento pero se lo volveré a pedir a mi esposo

- Ha sido maravilloso –continuo María- que no había sentido serle infiel pues su matrimonio era de fachada al exterior, que jamás se había besado con su esposo, pero necesitaba hablarlo pues era su esposo y sobre todo su amigo después de tanto tiempo de convivencia.

- Me encantara volver a estar a tu lado –le dijo Adolfo-

- Me ha encantado –dijo María- el haber tenido relaciones íntimas contigo, nunca había sentido una necesidad de hacerlo, y menos lo había sentido, me encantaría volverlo hacer en ese instante otra vez, pero te pediría tiempo.

Adolfo acepto

- Le había encantado, y que le encantaría seguir estando abrazado a ella por toda la vida.

Volviéndose a besar en un peso apasionado ambos. María seguía aún excitada, de echo las mujeres no todas, van perdiendo la excitación poco a poco, pudiendo durar su excitación casi una hora más, al contrario del hombre que una vez que llega, se acabó en prácticamente el 90%

Continuo Adolfo acariciando sus orejas, su cuello, su boca, María sentía que quería seguir. Comenzó a sentir el pene de Adolfo como comenzaba a ponerse duro de nuevo, empezó a entrar en conflicto lo que había dicho con los sentimientos que manaban de su interior, este himpas que sufría entre que no quiero y me encanta este momento. Volvió a sentir como le venía otro orgasmo, entonces comenzó a dejar de pensar, y centrase en sus sentimientos, comenzó a mover su pelvis sobre el pene de Adolfo. Comenzado sus gemidos.

Miro Adolfo con una mirada que le pedía que la volviera a penetrar. Adolfo capto la señal rápidamente, y actuó. Sintiendo un gran placer al sentir como estaba dentro de ella el pene de Adolfo. No pudiendo evitar el lanzar un

- Siiii, siiii, sigue asiií, no pares por nada del mundo

Adolfo siguió sus órdenes al pie de la letra, María no paraba de disfrutar de dicho momento, que tanto tiempo había tardado en saborearlo.

Continuando los gemidos de María, y los orgasmos que parecían que no terminaban jamás, hasta que por fin eyaculo Adolfo, en el interior de la vagina de María.

María le agradeció este nuevo momento, y continuaron abrazados los dos.

FIN

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