ILLARISISA
Sergio era capitán en los primeros años de la
conquista del Perú. Era un hombre que, sabía diferenciar entre la lucha con el
enemigo, y el respecto de las personas civiles, aunque sabía que en cualquier
lugar estaba el enemigo. Había forjado una fuerte amistad con Anka un inca (que
significaba Águila Negra), que también estaba al frente de un batallón de
soldados, que luchaban al lado de los españoles, contra la sublevación de Manco
Inca de 1.535. En varias ocasiones ambos se habían ayudado de una muerte segura
en los diferentes enfrentamientos, creándose entre ellos una fuerte amistad en
el ámbito personal. Finalmente Anka fue herido de muerte en un enfrentamiento,
pidiéndole a Sergio que cuidara de su esposa y de sus hijos, añadiendo después
de un instante de silencio, como si hubiera necesitado buscar sus últimas
fuerzas para decirle, “que se casara su esposa Illarisisa, y que cuidara de sus
hijos como si fueran suyos” pues su muerte era eminente.
Al poco de morir, Sergio marcho a Cuzco a darle
personalmente la mala noticia a la esposa de Anka, antes que se entera por
otros medios. Illarisisa tenía un hijo, y estaba embarazada de otro hijo más.
Al darle la mala noticia, le dijo que antes que muriera Anka le pidió que los
cuidaras como si fuera su propia familia, pues Sergio no tenía familia.
Illarisisa que significaba su nombre “Flor del
Amanecer”, había sido traída siendo niña a Cuzco, era hija del jefe de una
tribu de la selva. Anka la adquirió, y con el paso de los años se fue
enamorando de ella, dejando de ser su esclava para ser su esposa.
Pasaron unos meses y regreso Sergio a Cuzco, para
hacerse cargo de su nueva familia. Sergio le dijo a Illarisisa, que el último
deseo de su esposo, fue que se casara con ella. Sergio le dijo que le costaba
aceptar dicho deseo, pues era la esposa de su amigo, pero que cuidaría de ella
y de sus hijos como si fueran suyos, pues le debía a Anka el seguir vivo, pues
en muchas ocasiones le había salvado la vida. En una ocasión no había podido
estar al lado de Anka para salvarlo y estaba en deuda.
Illarisisa le costaba mucho asimilar el tener que
volver a estar con otro hombre, más cuando podía ser perfectamente su esclava,
y tener que hacer todo lo que pidiera Sergio. Pero Sergio la estaba tratando
con mucho respecto, tanto a ella como a su hijo.
Finalmente Illarisisa acepto el casarse con Sergio
cuando naciera su bebe, aunque le pidió que la respetara, que aceptaba la
última decisión de su esposo muerto, pero que no podía mantener relaciones con
Sergio. Sergio lo entendió, y acepto, para él seguía siendo la esposa de su
amigo. Decidieron casarse cuando naciera el bebé.
Ambos dormían en el mismo dormitorio, pero en camas
alejadas. Cuando nació el bebé, este dormía cerca de Illarisisa, pero muchas
noches la pasaban mal ambos, llorando continuamente el bebé. En varias
ocasiones se levantaba Sergio a cuidar al bebe y a consolarlo del llanto, pues
Illarisisa estaba muy cansada y enferma, y le faltaban las fuerzas. Una noche
Sergio se levantó, y le acercó al bebé a la cama de Illarisisa pues tenía
hambre, pidiéndole ella, que se quedara en la misma cama con ella, pues estaba
muy cansada y enferma, que le daría de comer al bebe, y después le dejara al
bebé en su cuna, pues ella estaba muy mal y no podía levantarse.
Sergio entro y se acostó al lado de Illarisisa, hasta
que el bebé comiera. Una vez dormido el bebé, pidió Illarisisa que lo dejara en
su cuna, y que luego volviera Sergio a su lado, pues tenía mucho frio, y estaba
mal. Sergio acepto, y se regresó con Illarisisa, durmiendo esa noche abrazado a
ella.
Al llegar la noche Illarisisa le pidió que volviera a
dormir con ella, pues parecía que su compañía en la noche la habían hecho
sentirse mejor, aceptando Sergio. El bebé comía poco e Illarisisa notaba como
tenía poca leche en sus pechos. Illarisisa le comento a Sergio que eso mismo la
había pasado ya antes con su primer hijo, y que Anka le succionaba los pechos,
y así consiguió que le aumentara la leche en sus pechos. Sergio le dijo que a
él no le importaba hacerlo, por el bien del bebé. Illarisisa le comento que
ella sentía algo de vergüenza haciendo eso, y Sergio le reafirmo que era por el
bien del bebé, que dejara las vergüenzas para otra ocasión, y que ahora lo
importante era el bebé y ella, que nadie sabría lo sucedido en su vida privada.
Así que después de tomar algo de leche el bebé. Sergio
continuaba succionado los pechos de Illarisisa, para que le aumentara más la
leche. Había que hacer mucho esfuerzo para que saliera algo de leche.
Illarisisa le decía a Sergio que tirara la leche succionada, pero Sergio que la
había probado le dijo que estaba rica, que para que tirar la leche, al fin y al
cabo era alimento, y jamás los alimentos se tiran. Así quedaron, pronto comenzó
a tener más leche los pechos de Illarisisa, pero ambos en secreto le gustaba
tal situación. Illarisisa se sentía muy bien cuando Sergio le succionaba los
pechos, incluso que se lo acariciara, ella se sentía muy excitada, con dicha
situación, lo necesitaba en verdad para ella, le hacían sentirse más mujer. De
igual modo Sergio le gustaba tal situación, por un lado ayudaba al bebe, y por
otro le daba un gran placer acariciar y ver lo pechos de Illarisisa, pues a
pesar que estaba dando de lactar, eran muy bonitos.
Alguna noche Sergio no dormía en casa, e Illarisisa lo
extrañaba y se lo hacía saber, pues al dormir sola como que tenía más frio, y
por otro lado extrañaba no tener a Sergio a su lado, comenzando un vínculo
entre ellos, que sin quererlo se extrañaban con la ausencia del otro.
Un día entro al dormitorio Sergio, pues estaba apurado
en recoger unas cosas olvidadas, y se encontró delante suya a Illarisisa, que
estaba totalmente desnuda, Illarisisa se sorprendió, pero por otro lado no le
importó, que la viera totalmente desnuda, era la primera vez que sucedía tal
situación. Ella sintió que era su esposo, y no sintió vergüenza por tal
situación, lo vio algo normal que sucediera eso, pues tarde o temprano debería
suceder, pero no sabían cómo dar ese pasó. De hecho para quitar tensión por
dicha situación le pidió ayuda diciéndole que le acercara la ropa.
Sergio al principio no sabía bien que hacer, estuvo
titubeando, entre salir o quedarse, sintiéndose aliviado al ver que Illarisisa,
se sentía cómoda y natural, incluso se sintió mejor cuando le pidió que le
acercara la ropa. Aunque Sergio medio adivinaba como era Illarisisa desnuda,
pero no se imaginaba que fuera tan linda, sus pechos ya lo había visto en
multitud de ocasiones, tanto llenos como vacíos de leche, pero Illarisisa era
totalmente lampiña, sin vello en su pelvis. Tenía un vientre plano, a pesar de
haber estado hace poco embarazada, tenía unas caderas perfectas, su figura en
general era muy estilizada, su mirada de ternura y simpatía seguían estando en
dicha situación, ella se sentía normal así, y no se ocultaba.
Sergio al acércale la ropa, se quedó admirándola,
Illarisisa le encanto que la admiraran y continuo vistiéndose tranquilamente, y
hablando con Sergio, finalmente Sergio dijo que se marchaba.
Paso el día y Sergio no se podían quitar de la cabeza
la imagen de Illarisisa desnuda. Illarisisa, entendió ya a Anka a la
perfección, porque pidió que se casara con ella al ver la muerte llegar. Sería
el mejor esposo que tendría ella a su muerte, y viviría mejor al lado de
Sergio, que si hubiera estado sola, las dificultades que hubieran pasado tanto
ella como sus hijos, quien sabe si hubieran sobrevivido.
Al regresar Sergio, Illarisisa estaba muy contenta y
feliz, Sergio le pregunto qué pasaba, pues era la primera vez que la veía tan
feliz. Respondiéndole que estaba tan feliz, pues se había dado cuenta lo
agraciada que era ella, al tenerlo a su lado. Dándole un beso en sus labios,
Sergio se quedó callado, sin saber qué hacer, Illarisisa le dijo que había de
malo en besar a su esposo, a quien debería de besar sino a sus hijos y a su
esposo. Sergio lo admitió, pero seguía sin entender nada.
Cuando llego la hora de dormir, le comento Illarisisa,
que quería que todas las noches durmieran juntos pues era su esposa. Illarisisa
miro a los ojos de Sergio, y lo beso en los labios con un beso tierno y dulce,
continuo besándolo, hasta que sus lenguas se encontraron, y comenzaron a
bailar. Sergio sintió el placer de beso tierno de Illarisisa, y se fundieron en
un gran abrazo. Parecía que no tenía fin tal situación, ambos estaban felices
así, y deseosos por continuar. Sergio aún seguía sin acabar de entender todo,
pero tampoco le importaba, pues estaba disfrutando del beso tierno y apasionado
de Illarisisa.
Después de bastante rato besándose, Illarisisa se
separó, y miro a Sergio, le vio su mirada de no acabar de entender lo sucedido.
Illarisisa le dijo, soy tu esposa, he convivido contigo, y me he enamorado de
ti. Me has dado tu amor cuidándome, has estado a mi lado, me has ayudado a mí,
a mis hijos, y ese amor que nos has dado, ha conseguido entrar a mi corazón y
me ha curado. Y ha hecho florecer mi felicidad. Me he dado cuenta, que el amor
que nos dabas, ha florecido dentro de mí, y no quiero perderlo. Quiero estar
toda mi vida a tu lado, pues quiero seguir recibiendo tu amor. El amor que me
has dado, ha florecido dentro de mí, y sus frutos quiero compartirlo contigo,
también quiero darte a ti todo mi amor.
Continuando, que Anka, le conocía bien, sabia como
eras, y si él no regresaba un día. Sabía que la mejor persona que nos cuidaría
seria él. Anka, también me conocía, y sabía que sola hubiera sido muy difícil
vivir, y él me amaba, y quería lo mejor para su familia, y lo mejor eras tú.
Sabía que te correspondería cuando te
conociera, te he conocido, y simplemente no quiero perderte, quiero estar a tu
lado el resto de mis días. Volviéndose a besar de nuevo, con otro beso tan
dulce como el anterior.
Continuaron besándose toda la noche, Sergio fue
explorando con caricias el cuerpo de Illarisisa, y ella de igual modo disfrutaba
con las caricias que estaba recibiendo de Sergio. Parecía no tener fin.
Illarisisa comenzó a desnudar a Sergio entre besos y caricias. Una vez los dos
desnudos. Illarisisa, le dijo, así quiero estar para ti todas las noches,
desnuda de cuerpo, y entregada a ti. Finalmente entraron ambos a la cama,
comenzando su baile privado. Illarisisa comenzó a jalear de placer, pareciendo
que le faltaba el aire del placer que sentía haciendo el amor, finalmente se
abrazaron los dos. Sin dejar de besándose.
Esta su primera noche de esposos verdaderos, seria
larga, pues Illarisisa estaba dispuesta a que Sergio no olvidara jamás esa
primera noche de amor con ella. Lo hicieron varias veces, hasta que finalmente
la claridad del día hizo acto de presencia por las ventanas. Incluso
Illarisisa, estaba dispuesta a seguir haciéndolo, en muestra de gratitud a todo
el amor recibido por Sergio.
No solo hicieron el amor varias veces esa noche, sino
durante el día, y los días venideros. Pues Illarisisa se había vuelto a
enamorar.
FIN.

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