Esta
es una obra de ficción y cualquier semejanza con personas, vivas o fallecidas,
lugares, eventos o escenarios es puramente fortuita. Todo es producto de la
imaginación del autor y se emplea en
forma ficticia.
ADVERTENCIA:
El siguiente material
contiene algunas escenas sexualmente explícitas y lenguaje adulto que podría
ser considerado ofensivo para algunos lectores y no es recomendable para
menores de edad.
La
imagen esta extraída de internet, no se ha podido localizar su autor, para
autorizar el uso, su fin es sólo decorativo.
Autor:
Gallardo Martínez
Correo
electrónico: gallardo.martinez@mail.com
UNA SORPRESA GRATA
Viajaba en tren expreso rumbo Hendaya, para pasar
un verano por Francia y Alemania, éramos un grupo de 3 chicas y 3 chicos,
pasando por Burgos y todos dormidos, salvo yo, no podía dormir en ese tren
moviéndose tanto. Decidí salir al pasillo a fumarme un “peta” me puse donde
había una ventanilla bajada, notando el aire frio del verano de Burgos. Allí
entre caladas al “peta” me llego alguien y me agarro por la espalda, no lo ví,
pero pensé que era Robert, mi chico. Me tapo la boca con su mano, la otra mano
me agarro mis pechos, con su boca comenzó a besarme la oreja. Empecé a
excitarme, llevaba tiempo deseando que me hiciera algo así, pero no se decidía
ni a besarme Robert. Parecía que hoy se había decidido, pensé. Comencé a lamer
con la lengua la mano que oprimía mi boca. Me estaba excitando bien rico.
Besaba mi cuello, mi oreja, sentía su lengua como me estaba recorriendo mi
cuello. Su mano como amasaba mis pechos, sentí su miembro duro, como presionaba
mis nalgas, agarre su mano y la fui bajando hasta mi vagina, quería sentir su
mano presionando mi vagina, que introdujera su mano, que me hiciera sentir su
esclava sexual. Introdujo su mano por el interior de mi falda, aparto mi ropa
interior, y sentí como me agarraba con fuerza mi vagina, no pude evitar el
moverme compulsivamente sobre su mano, para alcanzar un orgasmo. Mientras más
presionaba su miembro sobre mis nalgas. Solo deseaba que me penetrara.
De repente aparto su mano de mi boca, para bajar mi
ropa interior, lo deseaba que lo hiciera, empezando a sentir su miembro por
detrás de mí no llegaba a introducirlo por el lugar adecuado, teniendo que
moverme un poco, para que entrara bien. Por fin estaba en su lugar, sintiendo
como entraba, no pude evitar jalear al sentirlo como iba entrando dentro de mí.
Pronto se quedó quieto su miembro, fuero un par de movimientos, los suficientes
para quedarme satisfecha. Al darme la vuelta para besarlo, me di cuenta que no
era mi Robert.
-
Quien eres
– Pregunte sorprendida.
Pero salió corriendo como alma que llama el diablo.
No me atreví a seguir, por temor. Pero me dejo satisfecha y feliz, ese
desconocido.
FIN
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