sábado, 14 de junio de 2014

UNA SORPRESA GRATA


Esta es una obra de ficción y cualquier semejanza con personas, vivas o fallecidas, lugares, eventos o escenarios es puramente fortuita. Todo es producto de la imaginación del autor  y se emplea en forma ficticia.
 
ADVERTENCIA:
El siguiente material contiene algunas escenas sexualmente explícitas y lenguaje adulto que podría ser considerado ofensivo para algunos lectores y no es recomendable para menores de edad.
 
La imagen esta extraída de internet, no se ha podido localizar su autor, para autorizar el uso, su fin es sólo decorativo.
 
Autor: Gallardo Martínez
Correo electrónico: gallardo.martinez@mail.com

 

UNA SORPRESA GRATA

Viajaba en tren expreso rumbo Hendaya, para pasar un verano por Francia y Alemania, éramos un grupo de 3 chicas y 3 chicos, pasando por Burgos y todos dormidos, salvo yo, no podía dormir en ese tren moviéndose tanto. Decidí salir al pasillo a fumarme un “peta” me puse donde había una ventanilla bajada, notando el aire frio del verano de Burgos. Allí entre caladas al “peta” me llego alguien y me agarro por la espalda, no lo ví, pero pensé que era Robert, mi chico. Me tapo la boca con su mano, la otra mano me agarro mis pechos, con su boca comenzó a besarme la oreja. Empecé a excitarme, llevaba tiempo deseando que me hiciera algo así, pero no se decidía ni a besarme Robert. Parecía que hoy se había decidido, pensé. Comencé a lamer con la lengua la mano que oprimía mi boca. Me estaba excitando bien rico. Besaba mi cuello, mi oreja, sentía su lengua como me estaba recorriendo mi cuello. Su mano como amasaba mis pechos, sentí su miembro duro, como presionaba mis nalgas, agarre su mano y la fui bajando hasta mi vagina, quería sentir su mano presionando mi vagina, que introdujera su mano, que me hiciera sentir su esclava sexual. Introdujo su mano por el interior de mi falda, aparto mi ropa interior, y sentí como me agarraba con fuerza mi vagina, no pude evitar el moverme compulsivamente sobre su mano, para alcanzar un orgasmo. Mientras más presionaba su miembro sobre mis nalgas. Solo deseaba que me penetrara.

De repente aparto su mano de mi boca, para bajar mi ropa interior, lo deseaba que lo hiciera, empezando a sentir su miembro por detrás de mí no llegaba a introducirlo por el lugar adecuado, teniendo que moverme un poco, para que entrara bien. Por fin estaba en su lugar, sintiendo como entraba, no pude evitar jalear al sentirlo como iba entrando dentro de mí. Pronto se quedó quieto su miembro, fuero un par de movimientos, los suficientes para quedarme satisfecha. Al darme la vuelta para besarlo, me di cuenta que no era mi Robert.
-          Quien eres – Pregunte sorprendida.

Pero salió corriendo como alma que llama el diablo. No me atreví a seguir, por temor. Pero me dejo satisfecha y feliz, ese desconocido.

FIN

 

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