sábado, 14 de junio de 2014

VERANO CON FÍSICA


 
Esta es una obra de ficción y cualquier semejanza con personas, vivas o fallecidas, lugares, eventos o escenarios es puramente fortuita. Todo es producto de la imaginación del autor  y se emplea en forma ficticia.
ADVERTENCIA:
El siguiente material contiene algunas escenas sexualmente explícitas y lenguaje adulto que podría ser considerado ofensivo para algunos lectores y no es recomendable para menores de edad.
 
La imagen esta extraída de internet, no se ha podido localizar su autor, para autorizar el uso, su fin es sólo decorativo.
 
Autor: Gallardo Martínez
Correo electrónico: gallardo.martinez@mail.com
 

VERANO CON FÍSICA


Llegaba el verano, y no tendría vacaciones, pues había mucho trabajo acumulado ese verano. La familia se iría un mes de vacaciones, se presentaba un verano feo, y en soledad.

La vecina hablo con la esposa, pues su hija de 18 años había suspendido Física ese verano, y no estaban bien económicamente para pagar un profesor particular que ayudara a la hija, con lo cual mi esposa acordó que impartiría las clases a la niña a coste cero.

Empezaron las clases y Esther no estaba muy ilusionada con las clases. Pasaban los días y fui notando como venía Esther mas arreglada, se quedaba embobada mirándome aunque sin prestar mucha atención a las explicaciones. Venia muchos días sin sujetador. La mayoría de las veces se le entreveía sus pechitos. Un día no se les entreveía, simplemente se los veía perfectamente. Ella se daba cuenta y no le importaba. Ese día decidí pasar a la acción, entre explicaciones le agarre la mano, y nos quedamos mirándonos, besándola seguidamente, ella correspondió abrazándome.

La fui desnudando poco a poco, entre besos, ella no se oponía. Le fui besando todo su cuerpo, un cuerpo formándose, y deseoso de que lo exploraran. Le bese sus pechos estaban duros y erectos. Comencé a frotarle con mi mano su vagina, notando como le gustaba, y como ejercía más presión sobre mi mano. Estaba deseosa de tener relaciones, así que la penetre, allí se puso a cabalgar sobre mí, como potro desbocado, deseoso de placer.

Desde ese día se repitieron nuestros encuentros. Esther estaba deseosa todos los días de hacer el amor, de sentir ese placer que sentía de cada encuentro con el maravilloso mundo de la física práctica. Hacer el amor, y disfrutar del sexo.

FIN

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